El inconsciente de Eduardo Duhalde


Pedro: te envío este artículo que resume uno que me pidieron los colegas de www.topía.com.ar. Te lo mando con la intención de que si te parece adecuado para la sección lo publiques. Si lo publicás hacé mención que aparecerá ampliado en esa dirección de internet. Reemplaza a uno que te había enviado la semana anterior sin saber que estabas de vacaciones. Este lo mejoré.


El Inconsciente de Eduardo Duhalde habló en su Jura. Dijo: “Juro desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de la Nación Argentina”. Elidida la palabra presidente, quedó en la metonimia: el cargo de la Nación Argentina. Lo cual metaforizó que La Nación Argentina es un cargo a cargar. Presidente será, si tiene bien presente el cargo que carga. De lo contrario el destino puede ser caer, como ocurrió con Alfonsín en su momento, De La Rua y Rodríguez Saa después. Porque el equívoco dice también: qué es una Nación que hace cargo (a veces unge, otras acusa) a quienes no la supieron gobernar, entre ellos –él mismo-. Desde entonces se está en una tensa espera, sin que se sepa demasiado –de qué-.
La política en sus manifestaciones programáticas más diversas tiene la estructura paradojal de la banda de Moebius, en la cual imperceptiblemente, se puede pasar de una cara a la contraria en otro punto que el del inicio del recorrido. Si se entiende esto, se entenderá que las políticas exigen revisiones permanentes en función del contexto económico, de creencias y de acciones sociales. Lo que es mucho más imperioso en condiciones como las actuales. En las que lo real impactó en el imaginario de la ideología neoliberal privándolo de consistencia. Su versión fundamentalista no quiso ni supo hacer operar lo simbólico sobre dicho real para transformarlo en un sentido más eficaz.
Las herramientas del psicoanálisis sirven para colaborar con otras disciplinas en el análisis de acontecimientos sociales. Más, cuando cómo estos, generaran condiciones nuevas para lo porvenir.
Estamos ante el último eslabón de una serie, en un país que no termina de constituirse en Nación. Entre otras cosas, porque hay tradición política de encubrir con mentiras lo que se proponen los dirigentes. Nuestra propia revolución fundadora, la de Mayo de 1810 fue llevada a cabo en nombre del Rey Fernando VII de España del cual, los que decían defenderlo, se querían liberar. Carlos Menem, con su cinismo habitual dijo recientemente: “los compromisos asumidos, se pueden cumplir o no”. Partir de esto tiene importancia, en tanto sabemos desde que Freud publicó su texto insuperado –Psicología de las masas y análisis del yo- que las sociedades se organizan a través de identificaciones que responden al amor y el odio. Se anudan alrededor de ciertos liderazgos y en contra de otros. Tanto en el interior de los países como en la relación de estos con otros. En “La interpretación de los sueños” Freud tomó al significante transferencia y lo hizo rendir en las cuestiones del Inconsciente. En esa oportunidad se refirió a la transferencia de investidura de una representación a otra. Desde ese punto de partida fue hasta la transferencia como concepto nodal para entender las patologías psíquicas y pilotear los análisis. Consideraba que en ella se transfiere la carga de una “imago” infantil a la persona del analista. “Imagos” son representaciones, saberes, adquiridos en la infancia.
La discriminación que Lacan llevó a cabo de los tres registros de la experiencia del ser parlante y de la función en ella de un cuarto nudo[1], facilita discernir la incidencia y el anudamiento de varias sobredeterminaciones. El descubrimiento por Freud de la transferencia, abonó el camino al concepto de Sujeto supuesto Saber dirimido por Lacan en 1967[2]. Con él captó, que el deseo inconsciente causado por la falta de objeto, además de realizarse en fantasías o sueños, funciona como causa para la búsqueda en el Otro[3] de alguien o de algunos, que aparezcan sabiendo resolver aquello que le genera al sujeto su malestar. Por eso indica en dicho trabajo que hay que buscar en la función del SsS la causa de la fascinación de la masa con respecto a sus líderes. Se ama a quien se le supone que sabe resolver aquello por lo que uno padece sin saber por qué. En el mismo lugar hay que buscar la fuente del odio. Se odia a quien se le supone que se apropia de dicho saber hacer, para gozar de aquello que el sujeto vivencia como ausente para él.
Proyectos, programas, modelos, plasman las creencias en juego en cada momento histórico sobre cuales serían los mejores caminos para resolver lo real que en tal momento acucia a cada sociedad. Tienen como ventaja forjar un imaginario, un sentido común, ilusiones, que dan rasgos de identificación y “pertenencia” a sectores sociales para apoyar liderazgos que identifican a esas alternativas. Generan fuerza social. Su desventaja reside en que congelan en ese sólo sentido, dichas ilusiones. Moldeando condiciones que dificultan elaborar alternativas nuevas, más acordes con las necesidades planteadas por nuevos reales. Dificultan concebir nuevas operaciones de lo simbólico sobre lo real. Para esto resulta necesario tomar distancia de identificaciones previas. Cuando catástrofes económico sociales y/o guerreras, muestran la impotencia de los imaginarios vigentes para tramitar lo real que se presenta a dichas sociedades, entran en crisis dichos modelos.
A nuestra ciudadanía los fracasos sucedidos al menos desde 1975, le han ido destruyendo ilusiones en los liderazgos.
Electo Duhalde, presentó algunos puntos que despertaron esperanzas. Inmediatamente los lobbies de las grandes corporaciones financieras y de empresas privatizadas pasaron a presionar. De un lado piqueteros, puebladas, cacerolazos. Del otro los lobbies. El nuevo presidente y su equipo buscan hacer equilibrio entre esas presiones.
Si no se toma un rumbo cierto y firme, atendiendo los reclamos de las mayorías ciudadanas, la Argentina se disgrega. Es a lo que ha llevado la hegemonía del ideal neoliberal producto de la alianza entre el discurso universitario de Harvard y el del capitalista, encabalgados en la revolución tecnológica de fines del siglo XX. Sus principales rasgos consisten en la eliminación de la función mediadora del estado confinado a ser casi solamente recaudador de impuestos, dejando a la sociedad dominada por EL Mercado. Un significante que en sus comienzos significaba la plaza donde “los libres” intercambiaban libremente, dando lugar a los pro y contra de deseos y goces de los sujetos. Por eso los economistas hablan de “libre juego de la oferta y la demanda”. Pero en nuestra experiencia actual y su lalengua[4], El Mercado sólo significa el campo de Marte en el que disputan las grandes corporaciones de todo tipo, en particular las financieras, con el sólo fin de aumentar sus ganancias en dinero. Sin importarle qué se produzca, quién, cómo, ni a costo de qué daño en las personas y el ecosistema. Transformaron al dinero en lo que significa todo, cuando no es más que el significante que mata todas las significaciones[5] en tanto en sí, es un sin sentido absoluto que no representa a nada ni nadie. Cortaron así, las ligazones sociales al amor, al goce y la producción, empujando a la sociedad a la disgregación en que vivimos. Creo oportuno señalar que es un error suponer que lo que está ocurriendo en nuestro país es un fenómeno puramente argentino. En nuestro país la perversión criminal del menemismo acentuó hasta la exasperación un modelo que con variantes hegemoniza la “aldea global” y la lleva en mayor o menor tiempo a resultados parecidos, más graves en los márgenes, menos en los centros norteamericanos, europeos y tal vez japoneses.
En esta vorágine, ocurrió un acontecimiento que podría apuntar a otro alumbramiento. Fue el de la votación masiva (tres millones cien mil votos) en la consulta popular voluntaria y no vinculante, organizada por el Frente Nacional Contra La Pobreza. Creo que fue la primer señal con numerosidad tonificante, de que hay un lugar al cual se comienza a suponerle un saber hacer mejor que el de la dirigencia tradicional de los grandes y pequeños partidos y del sindicalismo de “gordos” y moyanos.

La necesariedad de la Cultura
En estas circunstancias ha sido electo por sus pares parlamentarios Eduardo Duhalde, que perdió la elección presidencial anterior por la contradicción en acto en que incurría, al manifestar como agotado el modelo que el partido del cual era candidato seguía aplicando desde el gobierno. Ahora logró la sanción de medidas que, en tanto la correlación de fuerzas entre la mayoría social soliviantada y El Mercado le abra paso, irían en el sentido de aplicar un nuevo programa que tenga un poco más en cuenta a los pobres y las capas medias. Las condiciones sociales imperantes y su evidente aspiración a la reelección enunciada por vía de la negación, son el motor de ese intento acotado de cambio de rumbo. Ojalá nuestra Argentina tan maltratada encuentre un respiro. Lo que daría tiempo también a que nuevas alternativas se afiancen y desarrollen.
Es sabido que los grandes bancos iniciaron la corrida financiera que desembocó en el “corralito”. Cuando se desataron los saqueos, se vio caer no sólo algunos de los grandes supermercados sino también algunos de barrio que le fiaban a los vecinos. Como el del chino, cuyo rostro sollozando recorrió el mundo. O el mueblero que demudado porque había perdido todo, decía que entendía y estaba de acuerdo con quienes lo habían vaciado porque la situación ya no daba más. Y que poco después vio pasar un vehículo con varios de los objetos que le habían sustraído, lo paró, les pidió que se los devuelvan y quienes se los llevaban no sólo accedieron, sino que además lo ayudaron a reintegrarlos.
Relato algunas de estas viñetas porque recordándolas podremos entender algunas cuestiones básicas analizadas por Freud y reactualizadas por nuestros acontecimientos. Por ejemplo, cuando en su metapsicología dice que la represión es el mecanismo básico sobre el que está construida la teoría psicoanalítica. Algunos psicoanalistas importantes en su época como Wilhelm Reich, creyeron que la “liberación sexual” y social resolvería todo. Coincidían con los que en el marxismo suponían que las revoluciones iban a rescatar una supuesta bondad de base de los seres humanos y generar las condiciones necesarias para arribar a la “sociedad de productores libres”. Justamente lo que hemos visto en estos acontecimientos que relato o traigo al recuerdo, es lo que ocurre cuando se suspenden las inhibiciones pulsionales y se desata un goce sin límites. Se trate de los banqueros que retiraron sus depósitos para enviarlos al exterior o de los que robaban por robar o por puro odio. Por supuesto nada de esto equivale, a los que sólo buscaban comer. Pero incluso entre los que asaltaron para comer, escuchamos declaraciones como las de una madre contando que dos de sus hijos fueron a parar al hospital por el atracón que se dieron, justificado en que hacía mucho que no probaban alimentos como leche, fiambres, etc. Una diputada del Polo Social fundamentando su voto en la Asamblea Legislativa citó a Evita diciendo: “donde hay una necesidad, hay un derecho”. La declaración antedicha de esa madre, ratifica lo descubierto por el psicoanálisis: en el ser humano, que se distingue por hablar y por todas las consecuencias que ello trae, raramente se trata exclusivamente de necesidades. Lo que torna necesario defender la subsistencia de la Cultura y no caer en el automatismo de defender a alguien sólo porque está necesitando. La complejidad del ser parlante exige particularizar los análisis. La Cultura, indispensable para vivir en sociedad, paradojalmente no puede no generar malestar. Es necesario re-convenir acuerdos mínimos que permitan sostener la malla civilizadora.

Democracia a pesar de todo
Hasta el momento, es la primera vez que la Argentina atraviesa crisis muy graves (hiperinflaciones Mercadoalfonsinista, menemista, carapintadas, etc...) y logra sortearlas en democracia. Esto ha reinstalado viejos desprecios e ilusiones. Los desprecios: que la democracia no sirve. Es equivalente por la contraria a idealizaciones como la que propagó Alfonsín en su momento: “Con la democracia se come, se trabaja, se educa, etc...” Quienes suponen que la democracia no sirve, esperan de ella mucho más que un método para resolver las tensiones sociales lo más civilizadamente que las condiciones den. La democracia, gobierno del pueblo como su etimología lo indica, lo expresa con todas sus virtudes y miserias. La democracia tiene una falla de base, creer que la representación es posible. Todo aquel que se halla analizado sabe, que debido a la existencia del Inconsciente el sujeto es incapaz de representar en dichos, sus propios deseos. Lo que lo lleva a quedar aprisionado de su yo y de posiciones y formas de goce que no siempre van en el sentido de aquellos pero que sostienen sus creencias. Mucho menos es capaz por lo tanto de representar a otros, que en razón de su dependencia del Otro les resultan básicamente ajenos. Aunque enamoramientos e hipnosis generen la ilusión de que: todos queremos lo mismo. Dichas identificaciones pueden resultar tan cambiantes como los humores sociales. Así como el parloteo autista de un presidente (De La Rua en su estado de sitio) pudo generar la reacción más masiva y espontánea (cacerolazos) que recuerde nuestra historia, mil convocatorias pueden “pincharse” por ausencia de convocados.
Pero al ser la democracia, el régimen que sostiene su funcionamiento en elecciones regulares de los órganos de gobierno, garantizando mínimamente para ellas los derechos de asociación y expresión libre, genera las condiciones más propicias para que ejerzan su presencia y opinión las creencias que a través de los fenómenos de identificación de masas van tomando mayor peso en cada momento de las sociedades. En ese punto, facilita que los conflictos se resuelvan lo más pacíficamente posible, lo que es decir mucho. Si a los sufrimientos inevitables del malestar en la civilización se agregan derramamientos masivos de sangre, como los que nos tocó sufrir con la dictadura del 76, todo resulta peor.
Creo también que en este contexto, han caído en la trampa ofrecida por ciertos políticos de izquierda y de derecha y “comprada” por buena parte de los medios masivos de comunicación y la opinión pública independiente, quienes exigen la disminución de representantes y la rebaja de los sueldos de los delegados a los diversos órganos de gobierno. Me parece que esas reivindicaciones hay que revisarlas caso por caso. Hay que exigirle a quienes ocupen esos cargos que los tramiten según lo que quienes los votaron demanden y para que lo hagan hay que pagarles lo que su responsabilidad merezca. La consigna de bajar los gastos políticos sirve represivamente (en el sentido psicoanalítico del término) para no enterarse de que el desastre en que nuestro país ha sido sumido, tiene como causa la estafa a que fue sometido en la privatizaciones y por las estafas permanentes que las empresas privatizadas y grandes corporaciones financieras cometen. Ayudadas por funcionarios públicos corrompidos, no por los sueldos que ganan, sino por las coimas que recibieron.




[1] Real, simbólico e imaginario
[2] “Proposición del 9 de Octubre de 1967"
[3] Como lugar de los significantes inconscientes, la ley de prohibición del incesto, la castración; que suele aparecer encarnada en alguien, algo, o algunos.
[4] Significante inventado por Lacan para designar el sedimento que va quedando en las lenguas, transformándolas, como consecuencia de deseos y goces de los sujetos manifestados a través de variaciones en los significantes que denotan la marca que los mismos dejaron en aquellas.
[5] Lacan: Seminario de la carta robada