Cumplimos cinco años en Internet

PALABRAS PARA LA FIESTA

Psyche fue siendo armada en los astilleros de su tiempo y por manos e ideas de diversos trabajadores de la cultura. Sin saberlo, empezó cuando opté por formarme con los que, por la abstinencia de APA con respecto a los dolores que afectaron al cuerpo argentino en la década del 70, se habían desprendido de ella, empezó cuando Daniel Feijó, que entonces era joven, se ilusionaba con las promesas de Raúl Alfonsín, cuando Marcelo Bernstein se hizo cargo de la librería que el padre había fundado, así como había fundado editoriales como Paidos y Hormé, comenzó cuando el entonces también joven Pedro Fernández Moujan, hacía escuela dirigiendo el primer suplemento de Psicología de un diario argentino (La Razón, reestructurada por Timmerman). Veníamos de las catacumbas en que nos refugiamos contra la dictadura, CDI (Centro de Docencia e Investigación de la Coordinadota de Trabajadores de la Salud Mental) y APBA (Asociación de Psicólogos de Buenos Aires), traíamos los dolores de nuestros amigos desaparecidos y el viento nuevo para el psicoanálisis y el pensamiento, que Lacan había desatado.

La primer astilla la puso Daniel, inventor de la idea de sacar la revista, rápidamente arrimó Marcelo con entusiasmo de librero y editor. Buscaron el saber periodístico de Pedro y él apeló al psicoanalítico mío que conoció por una parva de trabajos presentados por mí y por otros, a las Jornadas sobre síntomas sociales en la transición a la democracia (1985) que habíamos organizado desde el equipo de salud mental del SERPAJ (Servicio de Paz y Justicia) bajo la presidencia honoraria de Adolfo Pérez Esquivel, ejecutiva mía y en cuya mesa de apertura además de nosotros dos, habló Raul Zaffaroni.

Nos echamos a andar con una idea clave aportada por Pedro, no hacer una revista “bodoque”, de esas que los que las compran no las leen sino que la ponen a adornar su biblioteca y su semblant de intelectuales. Idea a la que contribuyó notoriamente Daniel con un significante de su colección: “ese artículo es un piedrazo”. Abrimos, entre otros con un artículo de Gilou Roger de García Reynoso que se llamó la Matar la muerte –lúcido trabajo psicoanalítico sobre la política de desaparición de personas- y uno mío: Honor, horarios, honorarios que salía a defender la renovación sobre el encuadre de las sesiones, derivado de las teorizaciones y la práctica de Lacan.

Nos encontramos en el camino con elegantes intentos de coimearnos con el conocido “-te publico un aviso grande”-, para que publicáramos determinados artículos piedrazos, otras veces con el chantaje político de algún obsesivo doctrinario: los voy a denunciar por discriminarme. También conque algún desbordado presidente de alguna institución echara de su vereda a un chico que vendía nuestra revista, porque habíamos dado a la luz pública un intercambio público de cartas que había sido exhibido en la vitrina de su institución. Una de esas cartas ponía en cuestión al significante Lacanoamericana, aunque luego su autor fundaría una Ecole Lacanienne de Psicoanálisis. O que algún amigo entrañable se enojara para siempre con nosotros porque habíamos publicado una carta de su líder internacional, en la que trataba a sus seguidores argentinos como cipayos. Carta que por supuesto, nos había sido hecha llegar desde el entorno más cercano de dicho líder. Publicación que reforzó la segregación a que habíamos sido condenados a partir del 3er Encuentro del campo freudiano.

Publicamos, sin fijarnos el color de quien escribía, todos aquellos artículos que nos parecían bien fundamentados desde las razones propias de la lógica en que se sostenía quien las escribía. A la vez que publicábamos lo mejor de lo que recibíamos del lado lacaniano, publicamos excelentes artículos de Noaim Von Foerster, epistemólogo de los sistémicos, reportajes varios como a Guattari, hicimos números dedicados a Freud, Winnicott, Meltzer, Françcoise Dolto o a temas como arte locura y muerte, psicoanálisis y política, humor y psicoanálisis con el inolvidable relato humorístico de Ricardo Estacolchic: “Las desventuras del licenciado Antenor Pérez”. Fuimos, en agosto de 1988 por iniciativa de Pedro Fernández Moujan, la primer revista de psicoanálisis en el mundo que dedicó un número entero al SIDA. También fuimos los primeros en el mundo que publicamos en revista, el matema del 5º discurso –el del capitalista- presentado por Lacan en Milán en 1972.

Escrita por Daniel Feijó publicamos nuestra posición contra las leyes alfonsinistas de obediencia debida y punto final, con otro de los célebres significantes de Daniel: “no nos vamos a bajar los calzones”. Después, entre golpes de mercado, hiperinflaciones y cruces varios de necedades narcisistas se tornó imposible seguir sacándola.

No hicimos tragedia de eso, sino un banquete totémico. Siguiendo nuestra tradición de fiestas masivas en New York City, hicimos una en Babilonia en la cual obsequiamos a la concurrencia con todos los ejemplares que nos habían sobrado de esos tres años de producción, despidiéndonos con alegría y sin rencores tontos.

A partir de ahí, fue muy común que cuando concurría paneles, jornadas y congresos, se me acercaran colegas a preguntarme por qué no volvía a sacar Psyche. Eran otros tiempos, el esfuerzo había sido grande y los principales actores de aquella jugada habíamos seguido caminos disímiles. La idea me gustaba, pero el emprendimiento me parecía excesivo. Hasta que un día, visitando a Raymundo Salgado en su cueva, me repitió la pregunta a la vez que me pedía un artículo para la renovada por Leandro (Salgado) Imago Agenda. Fue como una iluminación, cuando estaba terminando de escribir el artículo un duende guió mis dedos y me hizo estampar que tal vez como los fantasmas Psyche volviera en Internet.

Salí a buscar a colegas confiables por ser buenas personas, porque sabían escribir para que el que lea pueda leer, y depositarios de un saber psicoanalítico “suficientemente bueno”. Y con ellos y amigos de otras ramas de la cultura echamos a navegar el nuevo navío. A poco de hacerlo el nuevo dueño de La Maga que decía querer repetir la experiencia de la recordada revista Fin de siglo, nos propuso incorporarle la nuestra como suplemento de psicología. Nos resultó sumamente interesante la posibilidad, pero sabiendo de quien venía le dijimos que aceptábamos a condición de que en ningún momento la revista fuera utilizada para promocionar a Carlos Menem. Duramos tres meses, fue todo lo que Lalin aguantó antes de publicar en tapa un reportaje al ex presidente originando nuestra renuncia. Igual la experiencia nos fue muy útil para afirmarnos periodísticamente y hacer conocer a Psyche Navegante. Un cierre semanal para “amateurs” es una vorágine que derrama mares de adrenalina.
Durante ese tiempo jugaron un papel importante Laura, Daniel, Cecilia Quinn, más adelante: Paula y Lina Villoldo.

Los editores resultan conocidos por sus artículos o los de los colaboradores que aportan. Pero hay un trabajo invisible, como denominaba Marie Langer al del ama de casa, sin el cual no hay revista que salga. Armado, cierre y relación con los webmaster, sumario y corrección. Eran los puestos en que dichos colegas ponían el hombro. Daniel y Paula siguieron luego su propio camino con La casita de Winnicott y Lina con su retiro. Desde entonces hasta ahora, la columna vertebral que garantizó la salida de la revista fue Laura, además de llevar adelante –primero con Silvia Sisto- ahora sola, la edición de Práctica y por su cuenta: Relámpagos. Cuando renuncié a la dirección para pasar a construir con Silvia Sisto la chalupa de www.televerdades.com quedó un Consejo de Dirección que la propuso y eligió como directora. Decisión que me pareció sumamente acertada. Hoy presentamos el CD que contiene 57 números de esta segunda época a $ 10 cada uno. Ahora en diciembre aparecerá el nuevo diseño de la revista en Internet.

Navegamos navío y chalupa:

COMPLEJO PSYCHE
Director General: Sergio Rodríguez
Directora de Psyche Navegante: Laura Lueiro

CONSEJO DE DIRECCIÓN de Psyche Navegante
Laura Lueiro, Juan Carlos Mosca, Alicia Smolovich, Oscar Lamorgia, Abel Langer

Difusión: Marisa Martínez Anton
Colaboran en la traducción: Silvia Flecha y Susana Levy
Seminarios: Natacha Pasquaré
Clasificados: Silvia Bottazzi

EDITORES
Silvia Bottazzi, Miguel Clavano, Irene Cotardo, Alejandro Del Carril, Rubén Flores, Ethel Greizerstein, Rebeca Hillert, Oscar Lamorgia, Abel Langer, Noemí Lapacó, Laura Lueiro, Gustavo Maggi, Marisa Martínez Antón, Juan Carlos Mosca, Roberto Neuburger, Beatriz Oprinari, María Cristina Oyarzábal, Juan Carlos Pwlow, Sergio Rodríguez, Alicia Smolovich.

CORRESPONSALES:
En San Salvador de Bahía: Emilio Rodrigué
En Santiago de Chile: Alex Droppelmann

COLABORADORES:
Chistian Busquier

MESA DE REDACCIÓN DE TELEVERDADES:
Director: Sergio Rodríguez
Jefa de Redacción: Silvia Sisto
Editoras: Alicia Smolovich
Colaboradora: Marta Fortunato
Jefa de Humor: Ethel Greizerstein
Colaboradoras: Martha Schapira, Marta Fortunato