¿Será posible "bajar un cambio"?

Psyche Navegante Nº 65 – www.psyche-navegante.com
Dossier sobre Cromañón
Sección: Actualidad

Tema:
El malestar en la Cultura de comienzos del siglo XXI, observado a través de la catástrofe de Cromañón y analizado desde el psicoanálisis.

Pero incluso cuando ésta (la experiencia personal, tratándose de un joven) se prodiga y se destruye sin consideración alguna, hasta el más lúcido ignora el por qué o se cree enfermo. Es incapaz de justificar utilitariamente su conducta y no cae en la cuenta de que una sociedad humana puede estar interesada, como él mismo, en pérdidas considerables, en catástrofes que provoquen, según necesidades concretas, abatimientos profundos, ataques de angustia y en último extremo, un cierto estado orgiástico.

/.../ En este sentido es triste decir que la humanidad consciente continúa siendo menor de edad; admite el derecho de adquirir, de conservar o de consumir racionalmente, pero excluye, en principio, el gasto improductivo.
Georges Bataille. En su libro: La parte maldita- Ed. Icaria
El eterno retorno[1].
Había una vez... un sitio llamado Cromañón... o Niaerdenthal... “sé” igual... Homo sapiens recién diferenciados de otros primates, se mataban a golpes por la posición de un fémur que podía servir de arma o de herramienta. Corría sangre y había muertes[2].

Había otra vez... un sitio llamado Esparta. Funcionó como una de la primeras formas democráticas que recuerda la historia. De tan democrática, hasta era directa. Los grandes asuntos y la elección del Estratega, se decidían votando en asamblea general de todos. Con exclusión de los ilotas[3], claro, y... las mujeres. Funcionaban las leyes del Inconsciente, como en toda época y lugar. Ergo, como los de ahora, los homoioi[4] eran incapaces de representarse a sí mismos directamente. En esa democracia, las mujeres podían andar desnudas por las calles ya que no tenían más valor erótico que un perro. Y los niños, si nacían sin portar las cualidades requeridas por el estado, eran tirados desde lo alto del monte Taigeto para que murieran. A pesar de haber sido el estado más militarmente eficaz, terminó derrotado por escasa densidad demográfica. Ocurrida en razón de la extensión del rechazo a la castración femenina imaginaria y como consecuencia a las mujeres, y por la extensión de las prácticas homosexuales.

Salto tiempos, regímenes políticos y modos de producción. Feudales, y bárbaros asiáticos (según los occidentales), reyes, emperadores, etc. Llegamos a la Revolución francesa que oxigenó Europa y apantalló al mundo occidental: Liberté, egalité, fraternité. Inventó la guillotina. Las cabezas rodaron de a miles, el color de la sangre tiñó el Sena. Primero, reyes y señores. Luego, los dudosos. Entre ellas, la testa de Danton. Un nuevo emperador llevó las ideas liberales a Europa. A su sombra, se levantaron los criollos sudamericanos para arrebatarles a sus padres y tíos las tierras en que los alojaron. Claro, no sin sangre. Mientras en Europa, anarquistas y socialistas preparaban la definitiva redención del hombre. Los intentos comuneros alemanes, franceses, españoles, el levantamiento de Cronwell en las islas de la Gran Bretaña, prometían el paraíso en la tierra. Claro, para eso haría falta otro poco de sangre, pero aún tronaba el grito sadiano: ¡un esfuerzo más republicanos! La dictadura democrático (sic) revolucionaria del proletariado, lograría liberar de sus cadenas a toda la humanidad. Varios centenares de millones de muertos fueron quemados en esa hoguera, hasta que la utopía se dio de cabeza contra una pared llamada: Muro de Berlín. Antes, en el sur de América recientemente liberada; argentinos, brasileros y uruguayos se aliaron para "escarmentar" al primer sudamericano que desarrollaba su industria: Paraguay. Resultó un genocidio. El último ejército paraguayo que resistió en Cerro Corá, estaba integrado por chicos de 14 años y hombres de 70, el resto yacían muertos en los campos de batallas previas. Muchas de las mujeres fueron ultrajadas y violadas. Mientras, los argentinos “aprovechaban la volada” y se deshacían de “sus” negros mandándolos a la primera línea de fuego. Murieron como moscas[5]. Antes, en el norte, el “quemador de naves", muy Hernán y nada Cortés, había arrasado con cientos de miles de indígenas. Era el modelo de lo que multiplicado ocurriría en nuestra campaña al desierto, otro genocidio argentino con 300.000 indígenas NN desaparecidos en las tierras del sur y en parte del norte, especialmente noreste. Siniestramente, anticiparía a miles de jóvenes desaparecidos, caídos en los años de plomo de la dictadura militar de los 70/80.

Volvemos a saltar en el tiempo para entrar a la República de Cromañón, oxímoron por excelencia. Lo último del progreso tecnológico (computadoras, luces, equipos de video y audio, celulares, Éxtasis y otros tóxicos) excitaba a una multitud que sobrepasaba largamente la capacidad del local. Las bengalas se prendieron, a pesar de las advertencias de Chabán[6] y los “Callejeros”[7], para iluminar la manía. De pronto se hizo la oscuridad, sostenida en los humos tóxicos del incendio de plásticos diversos que engalanaban el lugar. Desesperación, corridas, puertas criminalmente cerradas, criaturas muertas en la sección “objetos perdidos” del baño, que los “medios masivos de comunicación” con la complicidad de algunas “madres” nominarían guardería. Casi 200 jóvenes y niños, muertos. Luego la voracidad de los “medios” por vender y una alocada carrera de implicados por derivar culpas y responsabilidades. Dicen que Chabán avisó, lo mismo dicen del grupo musical (pero ninguno interrumpió el recital), el jefe de gobierno de la ciudad se excusó culpando a los bomberos y estos le devolvieron la pelota. El, o los que tiraron las bengalas, no aparecen. ¿Estarán muertos o fugados? Los familiares y las madres se excusan diciendo que no podían pensar que podía ocurrir lo que ocurrió. Eduardo Duhalde, cuidando a su “clientela”, des-responsabiliza a quienes tiraron las bengalas. Ver www.televerdades.com . Lo cierto es que una catástrofe “no natural”, como han dado en llamarla los “medios”, retornó.

Lo mismo y lo distinto. Lo universal y lo singular.

El argumento de los familiares y los concurrentes tiene mucho de cierto. Hasta que el hecho ocurrió, para ellos era imprevisible. No así para bomberos, burocracia de inspectores corruptos, gobierno de la ciudad, autores intelectuales y materiales del lanzamiento de bengalas. Para aquellos era imprevisible porque no disponían del saber necesario para haberlo previsto. Para ellos fue un hecho absolutamente real. No así para los especialistas y los pirotécnicos, que sí disponían o estaban obligados a disponer, de la información necesaria. En los no prevenidos, se jugó típicamente la relación entre los dos únicos universales: la castración del lenguaje, que por estructura impide saber todo y su consecuencia: la pulsión de muerte, ciega ante lo real. Dicho de otra manera y en términos freudianos[8], las magnitudes de excitación externa resultaron imposibles de ser ligadas. Volviendo a la “lalengua” lacaniana, resultó imposible tejer una red de significantes en condiciones de producir la significación necesaria con respecto a dicho “boliche”, su composición, sus medidas de seguridad, la irresponsabilidad de sus dueños y de muchos concurrentes gozosos de jugar con fuego según la tradición pirotécnica de “la banda”. Aquel no saber general, luego se expresó en actitudes singulares. Miles fueron sin pensar y probablemente muchos menos no fueron, por precaución ante lo insuficientemente sabido. De ahí, las responsabilidades que le caben a cada uno.

Lo general y lo particular

De lo que digo sobre el eterno retorno, puede quedar la idea de que considero iguales a todas las épocas de la humanidad y a las diversas etnias. En razón de lo universal de la castración y de la pulsión de muerte, las considero así. Pero eso no significa que no se puedan observar rasgos distintivos según particularidades de cada época, etnia, y contingencias diversas. No me referiré a las anteriores por disponer de un saber escaso y por las “tiranías del espacio”. Hablaré, sobre la que nos toca vivir.

Lo nuevo y distinto que la caracteriza, es que si en la primera mitad del siglo XX se habían producido más del 90 % de los descubrimientos científicos e inventos tecnológicos importantes de la humanidad, en lo que va de entonces hasta ahora eso adquirió una frenética multiplicación geométrica. Lo que trajo resultados agradables, como la prolongación de la expectativa de vida, la facilitación de las labores domésticas, la simplificación vía informática de las actividades productivas administrativas y de archivo, etc. Pero no ocurrió sin contraparte. El caos en los seguros sociales encaminados rápidamente hacia la quiebra por efecto de la ley capitalista de la mayor ganancia y por el desequilibrio entre la mano de obra en condiciones de estar ocupada y la población envejecida. La incorporación de las madres a la producción con el consiguiente abandono prematuro de los niños, sustituidas en general por la captura aislante y masificante de la TV. El nacimiento de la desocupación estructural, y no sólo la coyuntural como en épocas previas. La multiplicación y condensación del trabajo en cada trabajador, con el consiguiente aumento de estrés o simplemente de cansancio. Éste es uno de los comentarios más habituales en los consultorios de hoy en día. El teléfono celular, que lo hace ubicable esté donde esté, el e mail que exige ser contestado “on line”, sin hablar del chateo y las conferencias vías messenger, son algunas de las herramientas que han “subido a la moto”[9] a los seres parlantes. O sea, la multiplicación de lo simbólico, ya que no de otra cosa se trata cuando hablamos de desarrollo científico tecnológico, ha devenido en súper multiplicación de lo real. Lo que no se multiplica es la capacidad neuronal y corporal, para procesar dichos fenómenos. De ahí que resulta lógico que quienes concurrieron a Cromagnon inundada de gadgets, no hayan podido prever lo que iba ocurrir. A eso sumémosle la voracidad sádica (oral canibalística), bien expresada en la ideología neo liberal. Acordémosnos de Cavallo hipomaníaco o maníaco según las épocas, engordando y combatiendo al cap... digo, a la obesidad) Hay que bajar un cambio[10]. ¿Podrán hacerlo los homo sapiens faber sex[11]?

¿Qué puede hacer el psicoanálisis ante dicho cuadro?

He notado que algunos colegas se hacen esta pregunta influidos por ideales políticos que creen que gobernar es posible y que es posible revertir la estructura social hasta hacer cierto los versos de la Internacional cuando se ilusiona con que "La tierra será un paraíso imperio de la humanidad”. Lamentablemente la práctica histórica volvió a mostrar que gobernar es imposible y mucho más, lo que proponen dichos versos. Actuar desde desmedidas e imposibles ilusiones, lleva a graves depresiones cuando el fracaso seguro se produce.

Creo que el psicoanálisis en extensión puede acercarse a hacer lo que Marie Langer le dijo cierta vez a Horacio Etchegoyen sobre el que llamamos en intensión: “El psicoanálisis hace poco por la gente. Ahora, ese poco, ¡cuanto qué es! Para eso, nuestras operaciones[12] se dirigen por escrito o en presencia, apuntando a alguna forma de manifestación del Otro, o sea de discurso inconsciente, para que quienes se sientan provocados a leerlas, las registren. El efecto estará regulado por la transferencia del que oye hacia el saber que le suponga a lo que escucha. Le servirá, hasta donde logre aprovecharlo. Por invitación de Leonardo Moledo, director del Planetario, llevamos adelante en el 2002, grupos operativos [13]sobre los efectos en la subjetividad de la grave crisis que estaba atravesando la Argentina. Trabajamos 2 meses con unas 100 personas que acudieron al llamado. En 1994 hicimos lo mismo con desempleados. Pasado el tiempo, nos ha ocurrido encontrarnos casualmente con algunos de los participantes. Nos agradecieron por lo que les había servido. A los analistas que trabajamos con ellos, sus relatos y observaciones nos dejaron marcas profundas que nos llevaron a producir nuevos puntos de vista en nuestra intelección de los problemas.

El psicoanálisis en extensión, de un modo semejante pero absolutamente distinto, opera sobre quien lo aprovecha y sobre quien lo lleva adelante.
Completamente distinto a la posición de psicoanalistas como Silvia Bleichmar en un artículo publicado en la sección Opinión del diario Clarín, que se limita a repetir frases de sentido común. Como mostraremos, en algunas, ni eso. Haré, por razones de espacio, sólo algunas observaciones. 1) "Y estas emociones (espanto e indignación) constituyeron la persistencia de nuestra moral. Porque en eso radica la ética, en arrancarnos de nosotros mismos, para sentir profundamente al otro." Olvida que no hay La Ética, sino que hay éticas diferentes y que responden cada una a la acción práctica que se proponen. De ahí se podrá saber, de acuerdo a la llevada a cabo, a que moral responde. Pues tampoco hay La Moral del Bien Común, pues éste no existe, lo que es bien para uno, para otro puede ser mal. Por eso las sociedades se rigen por convenios llamados leyes, que tratan de tramitar dificultosamente, los conflictos devenidos de la inexistencia del Bien Común. Creer en su existencia es propio de un sentido común que no advierte ni sus propias diferencias con el otro. No es del sentido común, ni de ninguno decir:"Y hubiéramos queridos ver a nuestros dirigentes políticos que votamos /.../ abrazando a los padres de las víctimas en los entierros, prestos a repartir agua mineral y bancos en las puertas de la morgue..." Propone que no dirijan ni organicen sino que hagan tareas de amigos y familiares. En un momento tan grave, si la articulista hubiera estado en cargos dirigentes, el socorro se hubiera impotentizado. Agrega: "Porque si bien la culpa es a nivel moral la garantía de la responsabilidad...", ignorando algo dilucidado por Freud tempranamente y es que hay quienes delinquen por sentimiento de culpa. Lo diré en pocas palabras. Este tipo de psicoanalistas se pliega al show mediático abandonando la posición a que el oficio los obligaría. ¿Será también en búsqueda de rating?



[1] Inolvidable síntesis de Fredrick Nietzsche
[2] Recuerdo y homenaje a Stanley Kubrick por su inolvidable peli Odisea del Espacio 2001
[3] Reducidos a servidumbre. Este dato y el del pie 4, fueron extraídos de: La historia sin objeto, escrito por el querido e inolvidable Nacho Lewcowicz y Marcelo Campagno.
[4] Libres, que sostenían, defendían la comunidad y usufructuaban sus posesiones: armas, tierras y esclavos
[5] Se me puede objetar con razón, que abuso de generalizaciones. Efectivamente no todos estuvieron de acuerdo en cada uno de los ejemplos que tomo, con lo que sus dirigentes hacían. Pero no hay dirigencia que se sostenga si no es con el consenso de una importante mayoría de dirigidos.
[6] Dueño del local y productor
[7] Nombre del grupo musical que tocaba ese día
[8] “Proyecto de Psicología para Neurólogos”
[9] Expresión de los adolescentes para referirse a la aceleración en que están metidos
[10] Expresión de los adolescentes para significar: desacelerarse
[11] Expresión que acuñé en 1994 en referencia al ser parlante actual, buscando describir sus rasgos diferenciales con el homo sapien recién diferenciado de los primates.
[12] Prefiero este significante a intervenciones, pues su plurisemia sugiere no sólo intervención, sino también corte, obra, táctica, estrategia.
[13] Así llamaba Enrique Pichon Riviere a grupos dedicados a trabajar un tema social y que los suponía coordinados por la misma tarea.