Viscisitudes del transexualismo

Psyche Navegante 63
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Sección: Fatigando conceptos


Viscisitudes del transexualismo
[1]

Tema: Las cirugías conducentes a la transexualización de un ser hablante pueden defenderlo contra un desencadenamiento psicótico o propiciarlo.

[2] “Una persona que anatómicamente tenía apariencia masculina logró del juez Pedro Hooft la autorización judicial necesaria para ser objeto de una operación que la cambiara a una femenina”. El juez fundamentó su decisión alegando que “es una persona con identidad psíquica de mujer, en un cuerpo de hombre”.
[3] “José Antonio Gordo Pantoja era cabo segundo de la Armada hace un año y medio, cuando decidió presentarse ante sus mandos para comunicarles que era transexual y pedirles que le llamaran Maria del Mar. El Ejército abrió entonces un expediente para examinar si su condición le convertía en inútil para el servicio militar, lo que habría provocado su expulsión. El informe médico, que se ha conocido hoy, reconoce su condición de transexual, y certifica que puede seguir ejerciendo sus labores en la Armada, según ha informado Gordo Pantoja.”

[4] “Una tenista transexual chilena, que aspira a ser admitida en torneos en el escalafón femenino, indicó que cuenta con la aprobación de la federación de tenis chilena.
Andrea Paredes van Roth, de 33 años, dijo que la federación de tenis en Chile no le puso problemas y que entonces buscará un lugar en el escalafón femenino.
‘Puede haber otras con talento, pero mi fuerza, mi saque y resistencia me dan una gran ventaja competitiva’, dijo a la prensa.
‘Como hombre siempre jugué, pero entré a la universidad y me faltaba dinero para ir a los torneos. Luego, me operé en 2000 y la idea no se me había pasado por la cabeza, pero unos amigos me dijeron que lo hiciera porque yo pego muy fuerte y eso hace una gran diferencia’, agregó.”

[5] “Derivado por un colega, pide una entrevista a nombre de Elena (26 años) Se presenta con pantalones jeans ajustados, corte a la garzón ajustados, características sexuales femeninas. Dice que la envió el Dr. X porque ‘tengo que elaborar la emasculación que me voy a hacer en Y (lugar) en agosto’. /.../ Los padres viven en una provincia del interior y lo dejaron a José Luis (‘Ese es el nombre de la cédula’) en casa de una tía materna. A los 16 años inició su vida sexual manifiesta con un muchacho del barrio y esta relación se prolongó tres años, hasta los diecinueve (‘fui homo sexual’) A los diecisiete, la tía lo somete a un examen clínico, dice que ‘tenía voz aflautada y no me crecía la barba’. Según refiere dice que lo sometieron a exhaustivos análisis y ‘le dijeron a mi tía que era normal’. A los 20 años dejó de ser homosexual”.

Conoció a Juan pocos meses después de ‘vestirme de mujer’. /.../
“Paciente: Anoche Juan me dijo que se había arrepentido de pedírmelo... (silencio)
Terapeuta: ¿Pedirle qué?
P.: La emasculación como le dicen los médicos... Yo me sentí contenta, no sé bien por qué, supongo que me demuestra cariño... (silencio) dijo que podía resultar peligroso... pero igual lo voy a hacer, la experiencia que pasé no la quiero repetir; él me asegura que me quiere, le creo, pero tengo miedo; si me operan todo va a quedar como antes...
T.: ¿Antes de qué?
P.: Como antes de que me engañara, y vamos a poder ser realmente una pareja; si no, me siento siempre en situación de peligro... y no quiero más; aún en caso de que él insista y se niegue, igual lo voy a hacer... el mércoles (sic)
T.: ¿Mércoles?
P.: ¿Qué?
T.: Dijo mércoles
P.: Mércoles... no me di cuenta quiero decir miércoles... le borré el palito (sonríe)... bueno, le sigo contando, el miércoles vino mi tía a casa; a Juan le da bronca que ella venga, dice que viene a chismosear pero es la única persona, de mi familia por supuesto, y de la de él ni hablemos, que acepta nuestra situación... y a él le quitó el lugar...”

La transexualización, o sea el reemplazo del pene y los testículos por una vagina construida quirúrgicamente, no es un hecho nuevo en la Cultura, pero sí ha tomado multiplicadas trascendencias debido a desarrollos en la clínica y las técnicas quirúrgicas y al alcance de los medios masivos de comunicación, particularmente la televisión. Si bien se trata de una modalidad de identificación diferente, es sabido que un travestido encarna como tal, a uno de los personajes principales en la serie televisiva de mayor rating dirigida a las familias argentinas. Entonces, para las personas que se encuentran ante el dilema, para los profesionales que deben “operar” -psicoanalistas, cirujanos, enfermeros, abogados, sacerdotes, etc.- resulta conveniente útil conjeturar en función de las aristas que presenta. Lo haré, partiendo de leer a la letra lo que dicen en los párrafos anteriores algunos involucrados en el problema.

Aunque resulte extraño al sentido común, lo formulado por el el veredicto del juez es certero. Una apariencia ha sido cambiada por otra. A la percepción de las otras personas no somos más que apariencias. Hay personas que en razón de causas genéticas y/o ligadas a la historia del desarrollo de su psiquismo y de cómo éste reaccionó ante acontecimientos que le presentó su infancia y la vida en general, se instalan en una posición sexual inconsciente, con manifestaciones conscientes diferentes a la conformación sexual anatómica recibida. El anudamiento inconsciente de los tres registros entre los que se tensa un sujeto (Real, Simbólico e Imaginario), con la identidad sexual que asume, es una de las fuentes de sus principales conflictos. Que pueden desembocar en diferentes tipos de neurosis, psicosis, y prácticas de goce erótico distintas a lo pautado como normal por los hábitos y costumbres de las mayorías. Desde este entendimiento, afirmo que puede ser acertado el dicho del juez Hoft: “es una persona con identidad psíquica de mujer, en un cuerpo de hombre” El planteo del cabo de la armada española reivindica el derecho a tomar decisión sobre su cuerpo dándole prioridad, no a su apariencia sino a su modalidad de goce. Así fue que “decidió presentarse ante sus mandos para comunicarles que era transexual y pedirles que le llamaran Maria del Mar” Al comunicar ser transexual, no reprime, reniega o forcluye su presencia anatómica masculina previa, sino que reconoce su goce femenino como predominante y como consecuencia: su transexualidad[6]. Lo que la lleva no sólo a hacerse operar y llevar adelante los trámites necesarios para acceder a su nueva identidad civil, sino también a elegir un bello nombre femenino muy ligado a su goce laboral. Si parece una sobre interpretación lo de goce femenino, advirtamos que la remodelación de sus órganos genitales la ha privado de cualquier posibilidad de acceso al goce más diferenciado y concentrado de los hombres, el del pene. No ocurre así con los travestis, que como hemos sabido de relatos de analizantes, muchos gozan no sólo haciéndose penetrar analmente, sino también penetrando y haciéndose masturbar el pene.

El caso de la/el tenista en cambio, lo ubica decididamente en el terreno de la perversión. Aceptada incluso, como no es infrecuente que ocurra por quienes deberían velar por el cumplimiento de las legalidades sociales. “La/el tenista” declara: “Puede haber otras con talento, pero mi fuerza, mi saque y resistencia me dan una gran ventaja competitiva’, dijo a la prensa.
‘Como hombre siempre jugué, pero entré a la universidad y me faltaba dinero para ir a los torneos. Luego, me operé en 2000 y la idea no se me había pasado por la cabeza, pero unos amigos me dijeron que lo hiciera porque yo pego muy fuerte y eso hace una gran diferencia’, agregó” La fantasía de la tenista está claramente explicitada, aprovecharse de su fuerza de cuerpo de hombre y de la apariencia femenina conseguida con el tratamiento quirúrgico y hormonal. No aspira a gozar como mujer, sino como varón en una apariencia femenina. En “lalengua” de Lacan, de Freud, del psicoanálisis; reniega, desmiente la imposibilidad de ser El Falo Imaginario (“Eso que al generar la ilusión de completar, permite creer en la existencia de un Todo) Típico de la perversión: aprovecharse tramposamente del otro para dominarlo.

Otra variante la presenta el fragmento presentado en el ateneo publicado por Imago.
En primer lugar, si consultó –tengo que elaborar la emasculación-, fue porque en algún punto dudó. Está dispuesto a hecerse emascular, así lo dice en dos oportunidades aunque en la segunda atribuya dicho significante al saber médico, al saber que le viene del Otro. Emascular, según el diccionario de la Real Academia Española significa capar, castrar. O sea está dispuesto a hacerse castrar, a perder los órganos genitales. Es lógico que dude y seguramente como acto le debe haber resultado de difícil elaboración, si es que la logró. Se torna evidente por su discurso que busca en el analista un socio que lo ayude a soportar un acto sintomático, muy cercano a un acting out que puede llegar a desencadenar un cuadro psicótico.

La polémica fue centrada en la oposición entre el derecho de las minorías y los criterios de uso de los presupuestos de hospitales públicos. Por ejemplo un destacado periodista dijo: “Es irónico que en un país con graves carencias, donde a menudo se suspenden operaciones[7] y ni la salud pública ni la privada reconocen los gastos de inseminación o fecundación asistida, los contribuyentes paguemos la cirugía del transexualismo.” Reduce y simplifica un concepto difícil y complejo como el de salud y enfermedad. Razonablemente apoyaría que los contribuyentes paguen inseminaciones y fecundaciones asistidas, prácticas médicas que buscan subsanar deficiencias anatómicas, fisiopatológicas y dificultades psíquicas, que sólo dañan las facultades de procreación del afectado. Pero se opone a operaciones que se proponen adecuar el cuerpo de la persona a la posición inconsciente en la que se halla instalada y cuya inadecuación daña psíquica y físicamente al padeciente.

Es necesario tener en cuenta que para muchas de esas personas la operación puede servirle para que no se desencadene una psicosis que causada por la forclusión del Nombre del Padre, fue suturada identificándose a una posición sexual inconsciente distinta a la portada por su sexo anatómico. Posición que suele ser mucho más compleja que sólo la identidad hombre o mujer. El resultado de la cirugía transexualizante puede tomar la función de sinthome, de 4º nudo. Puede defender del desencadenamiento clínico de una psicosis, así como a otros puede empujarlos al mismo. La recomendación sólo puede darse, caso por caso. En el de Mariela Muñoz es evidente que dicha identificación estuvo guiada mucho más por su pasión de ser madre, crió 17 hijos[8], que su deseo de feminidad. Pasión que posiblemente la reivindicó fálicamente de algún sentimiento de minusvalía en su apariencia masculina.

Además del derecho de cada persona adoptar la posición sexual que más le cuadre, hay que pesar razones que el desarrollo de las ciencias en general y del psicoanálisis en particular, van indicando como más adecuadas para proteger la salud mental y física. Al sentido común no suele resultarle fácil aceptarlas, pues confirman fantasías que la mayoría aborrece. El juez habló de “adecuación a su realidad”, el periodista habló de: “ablación de los órganos genitales”[9]. La imaginó como castración, s la paciente y el juez la concibieron como el camino para acceder al sexo al cual aquella se sintió identificada. Equívocos y neologismos aparecidos en artículos y declaraciones, son indicios del efecto angustioso que causa en los que no padecen dichos conflictos, que viven como amenaza de castración. Por ejemplo el cirujano interviniente, refiriéndose al genital construido a través de la cirugía plástica lo llamó neovagina (como si hubiera sustituido una vieja). Dicho neologismo sostiene el fantasma que animó al/la paciente. Un periodista[10] escribió “vello público” en vez de púbico. Sin duda, es un tema que angustia.



[1] Publicado en Página 12 de fecha ¿...?
[2] Clarín 28 de enero 2004, páginas 2 y 24/25
[3] Periodistadigital.com (Periódico electrónico, editado en España)
[4] CNN en español (Internet) 16 de abril, 2004
[5] Ateneo Clínico publicado en Imago 5 de Julio 1977 (Pág. 42 y 44)
[6] Curiosidades. El diccionario de la Real Academia Española define Transexual: 1. adj. Dícese de la persona que mediante tratamiento hormonal e intervención quirúrgica adquiere los caracteres sexuales del sexo opuesto. Ú. t. c. s. El real conservadorismo le hace suponer al diccionario lo mismo que suponen algunas feministas, por supuesto no todas: que las diferencias, tornan opuestos a los sexos
[7] El subrayado es del autor
[8] El mismo Clarín, página 25
[9] En el mismo, página 2
[10] Página 24 de la misma edición mencionada supra