Reacciones en la Cultura y las sociedades, a la dilución del Nombre del Padre

Psyche Navegante Navegante No 65
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Tema: Dilución de el nombre del padre, reacciones fundamentalistas y disgregadoras, peligros de las guerras actuales, ventajas y dificultades de la tripolarización de la “aldea global”

Bush fue reelecto por un 3% de norteamericanos más, que los que votaron la otra opción. Inmediatamente homogenizó su gabinete echando a Colin Powell y colocando a Condolezza Rice. Bush al gobierno, los halcones al poder. Terminada dicha operación, su popularidad según las encuestas, aumentó del 51 % electoral a un 57 %. Mientras, un marine sospechando que un irakí estuviera herido y no muerto, lo remató delante de una cámara de fotos que registraba el acontecimiento. La “postal”, recorrió “la aldea global”. En tanto, Abu Musab al-Zarqawi hacía fusilar con un tiro en la nuca a una asistente social inglesa que llevaba 30 años viviendo en Irak, casada con un irakí y trabajando para Care (ONG de beneficiencia). Tanto Bush, como Zarquawi representan reacciones fundamentalistas religiosas de masas, como lo han hecho notar intelectuales lúcidos, tanto de izquierda como derecha[1]. Por supuesto plantear esto no significa ignorar intereses económicos que mueven los hilos tras los fundamentalismos, sino reconocer la filogenia[2] que les da combustible en una ontogenia en la que la dilución del nombre del padre traumatiza. Y no me refiero a padre o madre, sino al funcionamiento de la función.

Los jefes de la Unión Europea, con diferencia de tonalidades, reaccionaron preocupados ante la reelección del presidente norteamericano. Atrajo especialmente mi atención, una declaración de José Luis Zapatero –jefe socialista del gobierno español- que llamaba a estrechar una alianza entre el mundo musulmán y occidente. ¿Sueño blanco (con negros esclavos como la condonlesa) y monoteísta, de mantener en su arrinconamiento milenario a la mayoría del planeta: amarilla, india, budista, sintoísta? ¿Volver así, a la bipolaridad?. Tarde, trata de salir al paso del robustecimiento de la tercera pata de la aldea global: China. Creo que vamos a un mundo tripolar. Después de un rodeo volveré a esta hipótesis que considero, otea en lo nuevo e importante para el futuro de la aldea.

Las zonas de guerra, tanto en medio oriente como en África, sufren repetidamente los estertores de genocidios con diferentes colores, creencias, banderas. En Colombia, tanto las fuerzas armadas gubernativas, como guerrilleros y paramilitares violan todo tipo de códigos. En www.televerdades.com se pueden encontrar declaraciones de un púber en el que relata que paramilitares que lo reclutaron, le exigieron antes de incorporarse, que matara a su mejor amigo como prueba de disposición y fidelidad a su futura fuerza armada. En nuestro país ocurrió lo de Junior en Carmen de Patagones, hecho que nos recuerda que la Argentina es otra. Ese acontecimiento coronó, secuestros express y profesionales. El que disparó el arma y mató a tres compañeros lo hizo sin demasiadas explicaciones ni para sí ni para los demás, ni siquiera lo animó el goce de rapiñar. Formó parte del desprecio por la vida que afecta a un número importante de adolescentes. Pero también masas numerosas sin distinción de credos, salen regularmente a las calles a exigir esclarecimiento y resolución de dichos hechos. Mientras la mayoría de la izquierda argentina, colección de viudas de diferentes formas de fracaso de versiones vulgares del marxismo, confronta con parte de aquellos movimientos porque su agente es un empresario. En vez de advertir y analizar la tendencia a la disgregación que abonan los hechos delincuenciales y los patoterismos mesiánicos y fundamentalistas nivel sainete como los de Raul Castell, cuidan la relación con su conciencia moral. Quieren salvar sus almas, agregando en cada declaración La Denuncia Social, al modo del discurso de la histérica y oponiéndose a que se acentúe el castigo a los delincuentes (muchos de los cuales son orgánicos o cómplices de fuerzas policiales). Reniegan de que en los países que fueron gobernados según sus modelos arrasaron todo tipo de libertades. Así rumbean los goces mesiánicos del tal Raúl Castells[3], metaforizados en su pasión por invertir una fuerte parte de lo que recauda en funerarias.

Como en la década del 30 del siglo XX, el planeta aparece balanceándose entre tendencias a la anarquía y la anomia, y fundamentalismos sanguinarios. Aquel balanceo llevó a la segunda guerra mundial. La diferencia la marcan dos acontecimientos de la Cultura actual.
1) La devaluación del Nombre del Padre. Toma la forma de la defensa de los derechos humanos en contraposición al funcionamiento de legalidades y autoridades precisas y decididas. Renueva así la utopía de la libertad total, renegando que cada uno quedaría librado a su propia defensa, transformándose las sociedades en junglas inhabitables. Un ejemplo: los reglamentos escolares prácticamente eliminaron los castigos por faltas a la disciplina y diluyeron indicar que se puede y que no. Prohíben también, revisar mochilas.

Dicha devaluación se manifiesta también en la lengua. Un ejemplo: en el habla, es muy notable las diferencias de apariencia[4] entre los docentes primarios y profesores de gimnasia de la década del 50 del siglo XX a la actualidad. En aquella época los maestros imponían respeto desde sus gestos, entre ellos, no permitirle a los alumnos que los tutearan. El lenguaje estructuraba y expresaba las diferencias de lugares. Ahora es habitual que los niños los tuteen y apocopen su título diciéndoles seño’. Por otro lado los maestros, hablan desde la primera persona del plural, indiferenciando lugares y jerarquías. Los profesores de gimnasia también usan con adultos y niños el tuteo, la primera persona del plural y diminutivos (bracitos por ejemplo). Desmantelan así, las diferencias y empujan a posiciones regresivas e infantilismos. La revolución industrial y su consecuencia “la sociedad de masas” expandió la ambigüedad, el sincretismo y las simbiosis. Paradojalmente acentuó la soledad. Lo que se subrayó a partir de la expansión de la televisión y de “lalenguas”[5] como la del messenger. El problema no reside, como algunos dijeron en El congreso de la lengua española[6] en la inyección de términos ingleses en las diferentes “lalenguas” españolas, sino en el empobrecimiento del número de términos que se utilizan, la multiplicación de los apócopes, la restricción en la utilización de metáforas, a la vez que la multiplicación de significancias por lonja generacional y hasta por tribu. Todo habla de caída de referentes significantes y de sus efectos en los dos registros que el significante origina por presencia, simbólico e imaginario, y ampliando el que abre por “default”, lo real. A eso sumémosle el abuso del contacto virtual en detrimento del presencial, lo que acentúa la extranjeridad del otro cuerpo.

2) El otro acontecimiento reside en la multiplicación geométrica de las novedades tecnológicas. Esto trajo muchas ventajas, como la posibilidad de ubicar a alguien circulando fuera de su casa o trabajo a través del teléfono celular, o el correo electrónico, facilitando acelerar las comunicaciones en general (electrónicas, aéreas y marítimas) verdadera base de “la globalización de la aldea”. Pero tanto estas como otras, trajeron también perjuicios, como el goce de los productores llevado a los límites de la extenuación. Cuando entran al consultorio del psicoanalista, el comentario habitual sobre la crisis económica o la situación metereológica ha sido sustituido por: -“hoy estoy muy cansado”. Ese comentario manifiesta los efectos sobre el cuerpo de una velocidad que sobrepasa las posibilidades del paso humano. De ahí el brutal aumento del estrés, las cardiopatías y otros fenómenos con componentes psicosomáticos que afectan a gente cada vez más joven. Fenómenos a los que contribuye la comida chatarra, inventada para los viejos “bares al paso” inventados a su vez, para que coman los que disponen de poco tiempo. Esto también se ha trasladado a “lalengua”. Se extiende entre ejecutivos y niveles gerenciales de grandes corporaciones, sustituir el antiguo full time por full life. Significante que trasmite a las claras, que esa gente está dando su vida entera para la empresa. Cuento también que el término empresa comienza a ser sustituido por el aparente sinónimo de compañía. Hago notar que mientras empresa centra en el sentido de emprendimiento, compañía centra en el de acompañar. “Lalengua” del capitalismo pos masivo[7] mata dos pájaros de un tiro, se reduce la ilusión emprendedora, se vela la sensación de soledad y se genera la idea de que no hay otra compañía que la del lugar de trabajo. Como se puede apreciar, el full life reconoce su lógica que se extiende incluso a las “diversiones” como el Scream fields y su 24 hs. de “Éxtasis, merca”, aturdimiento auditivo y muscular. El full life, que por supuesto se extiende a los demás trabajadores/as, quita presencia a las figuras parentales. Esto intenta ser cubierto con turnos de doble escolaridad que mayoritariamente mandan deberes para la casa, a la vez que funcionan con las fallas de función señaladas supra. Se generan así condiciones para hacer de los niños “deprivados y sobre adaptados”[8], en mayor o menor medida y en consecuencia probables “falsos self” o psicóticos no desencadenados del futuro y en consecuencia con riesgo de desencadenarse.

Es ante este “desorden bajo los cielos”, que reaccionan los fundamentalismos. Sin embargo, también contribuyeron a desatarlo con el fundamentalismo neoliberal y su pensamiento único sobre la “democracia”, “la libertad de mercado” y la “libre competencia” como ideales supremos. O los religiosos con la “Jihad”, los chicos bomba, con arcaísmos como el celibato sacerdotal en la iglesia católica de consecuencias perversas, el antiabortismo y la intromisión en elecciones sexuales de la gente. O sectores fundamentalistas homosexuales, que en nombre de defender sus derechos desatan desfiles como los del “día del orgullo gay”. Cruzadas exhibicionistas que sólo logran asustar a los que no comparten sus posiciones, volcándolos a favor de los fundamentalistas religiosos y sus proposiciones de hacer tabla rasa con el derecho de los homosexuales a unirse civilmente y adoptar hijos. Como se puede apreciar, ambigüedad y fundamentalismo se complementan, como lo registró José Bleger en Simbiosis y ambigüedad. Pueden llevar al planeta al desastre, ya que la repetición de las guerras, se lleva a cabo actualmente con armas de destrucción masiva y del ecosistema cada vez más eficaces. A lo que se suman, efectos de disgregación en el tejido social.

De aquí vuelvo a mi hipótesis del mundo tripolar. La fantasía de “aldea global” la generó el desarrollo tecnológico sumado al desplome del comunismo. El mundo dejó de ser bipolar. Pero también fue consecuencia de que habíamos “comprado” la creencia de que lo que dividía al mundo eran ideologías y no como advirtió Freud en El malestar en la Cultura, los narcisismos, incluido “el narcisismo de las pequeñas diferencias”, que se manifiestan entre semejantes, i(a) de i (a’). Es lo que lleva a que las guerras estallen fácilmente entre etnias cercanas, judíos y musulmanes, o vecinos geográficos, como los balcánicos. La geopolítica toma de ahí su importancia. La guerra desatada por Bush (hermano de Ben Laden en el petróleo) y que abarca a Irak y Afganistán, sumado al desarrollo veloz y pujante de la economía china, apuró un reordenamiento del tablero internacional. Señales de eso, la distancia que tomó la Unión Europea de la política de “guerras preventivas” de Bush, y el desembarco chino en Sur América.

Éste nos toca particularmente. Es un indicio de la debilidad mental de las corporaciones periodísticas que dominan el mercado argentino, que se la hayan pasado cacareando sobre si el Presidente y sus cercanos manejaban bien o mal la política de información. Luego, cuando convenios y cartas de intención se hallaban firmadas, parlotearan sólo sobre los beneficios y perjuicios económicos de los mismos, sin advertir la frase clave de Hun Jing Tao cuando afirmó que lo que buscan es una alianza estratégica con América del sur. Fuera del Rey de España, el resto de las figuras internacionales que vinieron en este último aluvión provienen del este asiático –presidentes de China, de Corea del Sur y de Vietnam-. Evidentemente se está conformando un tercer polo alrededor de esos países. Los otros dos se reúnen, uno alrededor de EE.UU., Inglaterra, Japón y Rusia y otro de la Unión Europea y sus zonas de influencia. Por supuesto que en los tres polos crujen contradicciones entre sus integrantes, muchas veces de mayor dimensión que las que hacen ruido en nuestro modesto MERCOSUR. Lo interesante de esta situación está en que genera condiciones para negociar mucho mejores que la monopolaridad. Facilita hacer jugar los intereses encontrados para ganar espacios y mercados por parte de cada uno de los polos. Se han constituido tres áreas mercantiles en las que cada una pugna por sus propios intereses. De ahí la importancia de la declaración de fondo del Presidente chino. Con esta escenografía sigue el baile de la deuda externa. La caída de la posibilidad de abrir el canje de bonos el 29 de noviembre fue una nueva presión de los bancos y las corporaciones de bonistas y bancos para tratar de cobrar más. Complicó la situación, pero a la vez también se la complicó a ellos, en tanto les alarga una espera difícil y más, teniendo en cuenta la nueva coreografía tripolar. Esta coreografía también dificulta a los fundamentalismos, al tejer una trama muy compleja de relaciones y equilibrios.



[1] Consultar: www.televerdades.com
[2] En el sentido freudiano de las series complementarias: el peso de los valores étnicos
[3] Líder del grupo piquetero MIJT
[4] En el sentido lacaniano de “semblant”
[5] Concepto lacaniano que alude a las transformaciones que permanentemente se producen en las lenguas como efecto del goce del significante y los deseos que entre ellas se van trasmitiendo.
[6] Llevado a cabo en la ciudad argentina de Rosario a mitad de noviembre
[7] Me refiero con este apelativo al hecho de que el desarrollo tecnológico le permite a los capitalistas producir cada vez más mercancías con menos mano de obra ocupada.
[8] En el sentido winnicottiano