El endosamiento de la T.V

Quien salió segundo en Expedición Robinson se debate entre la pérdida de la esposa, las dificultades laborales y serios problemas anímicos. Uno de los que salió por debajo de él, pero carilindo, hace sus primeras armas en una novela del corazón.

Metaforizan exactamente el endiosamiento de la televisión por parte de la mayoría de la sociedad. Uno cayó como cualquier gladiador romano que no fuera el mejor (de músculos y reflejos) y el otro ascendió porque alguien que lo vio en la arena consideró que era bueno para otro rol en otro tipo de espectáculo.

¿Por qué se sostiene este tipo de circo sádico? Un próximo ejemplo, usufructuando el significante con que regaló a la Cultura George Orwell, será Big Brother. En él los televidentes tendrán oportunidad de husmear hasta el inodoro de los que se presten al juego.

Las razones son muchas. Sólo destacaré algunas y delinearé alguna consecuencia fundamental. La decadencia de la cultura light, del vacío, la velocidad y el éxito efímero, deja sin expectativas propias a la mayoría de la sociedad. Mirar esos programas da la oportunidad de gozar durante un rato identificándose a los “triunfadores” y sintiéndose diferente de los “perdedores”. Se goza vanamente del triunfo de los otros y sádicamente de la derrota de los perdedores. El espectador cruel, mira, mientras los otros hacen el esfuerzo.

¿Por qué van los que participan del juego?. Como cuando se juega al Loto, siempre está la esperanza, aunque parezca imposible, de que tal vez se gane y se salga de la “malaria”. Pero además, la ultramasificación de la sociedad nos ha transformado a las mayorías en entes sin rostro, lo que seca a los lazos sociales. Aparecer en la pantalla “da” rostro por un rato. Y sino, observen a los vecinos o a los “hinchas” anónimos, más preocupados por hacer “el saludito” y que se les vea la cara, que por lo que van a decir ante el movilero.

El resultado de todo esto, además del precio que pagan en su cuerpo y alma los “protagonistas” de cada programa, es el que paga la sociedad entera al haber delegado el poder en los “mass-media”, particularmente en la televisión. El núcleo del poder y del desastre económico social que sufre el país, está constituido por la alianza de los grandes capitales financieros y comerciales (no productivos) y las corporaciones televisivas, sosteniéndose mutuamente.