Un agujero que crece en lo real

Publicado en Página 12
31 de marzo de 1989


Las últimas encuestas sobre intención de voto indican descenso de la opción Menem y ascenso de la opción Angeloz. Pero tal vez lo más notable sea que, contrariamente a lo que por lógica se podría esperar, en tanto el acto electoral se aproxima, no sólo no disminuye la tendencia de los indecisos sino que aumenta. Sumemos a estos datos, las conocidas tensiones en los dos partidos grandes debido al descontento de casi la mitad de los afiliados en el peronismo con el candidato y su entorno inmediato, y seguramente de más de la mitad en el radicalismo con el suyo. Agreguemos que si en 1983 la mayoría de quienes votaron a Alfonsín, creían en él, a lo que se sum" después que muchos de los que no lo habían hecho le abrieron una gran cuota de confianza, en las subsiguientes se acento "el carácter opcional y no eleccional y aparecí" el voto castigo. Frisando estas elecciones y progresando la regresión, sectores importantes de la opinión pública ya ni siquiera piensan en castigar, sino en defenderse. Los más empobrecidos optan contra la política económica, los que aún no sufren de desesperación económica, optan contra lo que sienten como amenaza a la legalidad y las libertades civiles.

Este cuadro de situación, de cronificarse por mucho tiempo, abre serios interrogantes sobre el futuro como nación.
En "Psicología de las masas y análisis del Yo" Freud plante" la estructura de las organizaciones artificiales de masas en relación a la fascinación colectiva. Los individuos se identifican al liderazgo porque le suponen saber hacer para restaurar lo que falta. La identificación al liderazgo establece condición de posibilidad para la identificación entre los integrantes de la masa. Que esto es así, hasta la historia de las propias instituciones psicoanalíticas lo muestra.

A mi modo de ver no hay porque excluir a las naciones de las organizaciones artificiales de masa. De ser así, lo que está ocurriendo en la porción mayoritaria de la población con respecto a los liderazgos, indica que se ha perdido una de las condiciones básicas, desde el punto de vista del Inconsciente, para mantener la cohesión de la organización-nación. Hay entonces tres horizontes posibles, la fragmentación, la recaptura del imaginario colectivo por la ilusión en "una mano dura que restablezca el orden", o el resurgimiento de un liderazgo democrático capaz de suscitar la transferencia necesaria para mantener la cohesión nacional y sacar al país de la crisis.
Aquí cabe la pregunta: ¿Por qué no ocurre esto último?

La respuesta habitual -"se debe a los largos años de dictadura y por lo tanto de no funcionamiento democrático"-, me parece absolutamente insuficiente. A eso se debe agregar que el terrorismo de Estado elimin" parte importante de una generación de políticos que sustentaba la reivindicación de intereses populares. Pero aún así la respuesta queda inconclusa. La corruptela que ha penetrado en algunos sectores tampoco me parece argumento fuerte. Lo llamativo del actual momento argentino reside en que nadie , prefiriendo claro está, las reivindicaciones de la mayoría de la población antes que de los poderosos, haya podido elaborar un programa creíble de salida de la crisis. Esto a mi modo de ver, responde a que quienes quisieran hacerlo, en cualquiera de las dotaciones políticas populares, se encuentran con el tope de que las abruptas modificaciones de los '70-'80 en el terreno tecnológico y científico especialmente en los países capitalistas centrales, la entrada en crisis de los países socialistas y el giro tomado por la cuestión de la deuda externa en los países periféricos, inutilizaron el imaginario ideológico que había cristalizado en los años '60. Considero importante tener en cuenta esto pues, desde el punto de vista de las leyes del Inconsciente nos sitúa ante un real sin simbolizar, ante un agujero en el terreno de las ideas que elude la significación, e instala por lo tanto la típica condición traumática que torna insistente la repetición del fracaso.

Un liderazgo capaz de suscitar la transferencia necesaria exige en estos momentos la articulación de: 1) Una imagen confiable por pacífica, democrática y a la vez enérgica e incorruptible. Seguramente se debieron a estos elementos las expectativas que despert" la posibilidad fiscal de Molinas. 2) Enunciados nuevos correspondientes al nuevo real que deben resolver, y verosímiles. Los dos partidos grandes dicen que todo va a mejorar con la colaboración de todos, cuando la experiencia no deja de probar que eso es imposible. Si Alsogaray se le torna creíble a una parte de la población, incluso a sectores que nunca se hubiera sospechado, es porque no oculta que en su política habrá sacrificados en el altar libre-empresista. 3) Enunciación desde un sujeto creíble por ser resultado de una historia mínimamente coherente.