Blues del cantor de Boleros

En proporción a la fama que tiene, se conoce poco de la intimidad de Luis Miguel. Al contrario de muchos otros “ricos y famosos” de los que se sabe hasta las menores nimiedades de su vida. Es todo un dato. No sólo defiende su privacidad. Fuera de la escena, cultiva cierto aislamiento.

De lo poco que se conoce resaltan las informaciones sobre numerosas y algunas largas relaciones de pareja con las que no termina casándose. Llama la atención lo que parecería ser una tendencia a establecer dichos vínculos con mujeres de su propia edad o hasta con algunos años más que él. Lo que podría indicar un deseo de encontrar en la pareja, alguien de quien recibir experiencia de vida y apoyo, además de sexo y amor. Algunas notas dejaron translucir que habría sido abandonado de chico por la madre. De ser ciertas, estarían dando una pista. Podemos pensar que en él, ha quedado instalada una fuerte nostalgia por su madre que lo lleva a reaccionar buscando mujeres con las que reparar la herida sufrida, lo que se le torna difícil pues lo sobrevuela el fantasma de una posible repetición de aquel abandono fundacional. Instalado en ese dolor, no logra evitar la compulsión a ser él quien abandone. A la vez, repite la escena de no sentirse amado y se precave de no ser él abandonado. Según dichas noticias, una sola vez resultó desechado. Lo que le habrá resultado muy doloroso, al repetirle el desgarro de su infancia.

Otra precaución inconsciente contra aquel fantasma, está entre las razones por las que no es poco frecuente que sostenga relaciones paralelas a la de su amor principal. Dicho en odiosos términos futboleros: cuenta siempre con alguien, en el banco de suplentes. Pero no es la única razón. El lugar de ídolo que ocupa para una gran masa de chicas, le instala un enorme yacimiento de ofertas permanentes. Teniendo una gran contracción a su trabajo y obligado a giras y traslados permanentes, conlleva algo del espíritu de aquellos marineros que como dice el refrán: tienen en cada puerto un amor. También en dicha pérdida precoz de la madre tal vez esté una razón por la que no asume paternidades, es muy difícil ser padre cuando no se pudo ser hijo.

Luis Miguel es humano. Solemos imaginar frecuentemente que todas las desgracias nos pasan a nosotros y que en cambio, hay personas dotadas por la fortuna a las que todo les va bien y llevan adelante sus vidas según sus propias decisiones. Fantasía que suele tenérsela particularmente sobre los ricos y famosos. Las líneas que anteceden nos cuentan como mientras se cree dirigir la propia vida, es mucho más lo que nos dirige a cada uno, desde las sombras del pasado.

Sergio Rodríguez
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