A dos años, lectura psicoanalítica del fenómeno Cromañon

Psyche Navegante No 75 www.psyche-navegante.com
Sección: Sociedad


Tema: A dos años de la tragedia ocurrida en República de Cromañón, Sergio Rodríguez resume su lectura de aquella.
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Lamentablemente, tenemos una larga lista de desastres masivos. Cuando menos, recordemos aquel 20 de diciembre de 1993, cuando 17 chicos perdieron la vida y 24 quedaron heridos en el incendio de la discoteca Kheyvis. En la estadística de incendios y muertes en Megadiscos, China, recién ingresada al modo de producción capitalista, –no a la democracia política- acopia los primeros puestos del ranking mundial. Nosotros el cuarto. No nos van demasiado en zaga EE.UU. y algunos países europeos. En Londres, hace pocos años, un incendio devoró la estación de subte más concurrida. Nudo de diversas combinaciones, tipo Carlos Pellegrini en Bs. As. Las autoridades fueron advertidas a tiempo por un pasajero, pero no impidieron el desastre que se llevó 32 muertos y dejó a muchos afectados gravemente. Contribuyó al mismo, un diseño erróneo que incluyó materiales inflamables en las paredes, un defectuoso mantenimiento y control, más errores de los bomberos ante un fuego de características imprevistas e imprevisibles. Luego, una investigación las aclaró parcialmente. En consecuencia, contribuyó también, lo que Lacan llamó lo real. Estos datos sacan al desgraciado Cromañón de la manía de muchos argentinos de creerse, para bien o para mal, excepción. Reniegan así, de la responsabilidad singular de cada uno. Laura Lueiro recordaba en un artículo publicado en un dossier de http://www.psyche-navegante.com/, que en nuestro país se producen a diario, un promedio de 11 muertes jóvenes en hechos violentos –asesinatos, suicidios, accidentes-. Advertía, que si recién nos conmovemos cuando son numerosas, orillamos las riberas de la perversión. No hacerlo cuando ocurren de a pocas, reniega la castración.

Los seres queridos

Ricardo Estacolchic escribió un cuento de humor trágico, teñido con barniz irónico. Lo llamó: Los seres queridos. Desnudó paradojas, entre los seres queridos. En Cromañón quedaron a la vista. Aunque el dolor de familiares, amigos y un uso sensacionalista de la protesta por los medios, las hayan desdibujado. Posiciones solidarias, como las de los que volvieron a buscar afectados. Otros, resultaron anonadados por el dolor. Como uno que estaba en el balcón VIP, pasó por la trampa mortal del baño de mujeres y se encontró con los niños muertos. Quedó en estado catatónico. No debe juzgarse a sus padres apresuradamente. Seguramente, ninguno imaginó la catástrofe que estaba por ocurrir. Pero también es cierto que subidos a la moto del goce a que los incitan las publicidades habituales de la (TV “basura”), así como algunas letras de Callejeros y el dolor de existir en una sociedad cada vez más enloquecida, depositaron a sus hijos en el baño. No faltaron así al desenfreno gozoso del pogo, de la identificación histérica, de tóxicos, de significados a los que se identificaban en dichas letras, a la búsqueda del récord de bengalas. Habría que conocer la singularidad de cada padre que sobrevivió, para conjeturar lo acontecido en cada uno. También están los otros, aquellos que perdieron hijos adolescentes o jóvenes. Acosados por frases del estilo de: ¿Cómo lo, o la dejé ir? ¿Por qué no averigüé mejor de que se trataba? Algunos siguen postrados, mientras otros salieron a trasladarles la culpa de esas muertes contranaturales a otros. A todos, corrieron a buscarlos abogados inescrupulosos dispuestos a hacer negocio con la tragedia (económico, político, o una combinación de ambos). Otros por el contrario, siguen dictados éticos, en la orientación judicial a dichos padres.

De lo que transcurre en la subjetividad de algunos de ellos, algo dejó traslucir Mariana Márquez de 34 años, lamentablemente fallecida no mucho después. A los 15 años, fue madre de su hija perdida en Cromañón. Lo encaró a Aníbal Ibarra[2] diciéndole: “Míreme a los ojos. Yo soy una madre, ésta es mi hija de 17 años, a la que mataron. Mi hija es un cadáver, pero vos sós un cadáver político./.../ Vos sos una circunstancia. Esto le podría haber pasado a De la Rua, a Telerman, a cualquiera, pero te tocó a vos y sos el responsable político[3]”. En otro momento declaró a La Nación: “Quiero ver preso a Ibarra y a todos los responsables. Es como si tuviera enfrente a Chabán. No puedo entender la pasividad de los familiares que estaban ahí, ni la de los legisladores”. Decir: Vos sos una circunstancia. Esto le podría haber pasado a De la Rua, a Telerman, a cualquiera, pero te tocó a vos y sos el responsable político…” articulado a “Quiero ver preso a Ibarra y a todos los responsables. Es como si tuviera enfrente a Chabán” manifestó que el dolor e ideas diversas que la embargaban, le hizo preferir creer que sólo otros, fueron culpables de la muerte de su hija. Igualó a todos los que se le pudieran aparecer como responsables del desastre, con independencia del grado de responsabilidad que le cupo a cada uno. Le resultó lo mismo Chabán dueño del lugar, responsable directo del cierre de las puertas de emergencias y de no haber impedido que continúe el recital a pesar de advertir que resultaba peligroso por las bengalas; que el jefe comunal. Que como ella dijo, fue responsable político por no haberse asegurado a través de los jefes correspondientes sobre la idoneidad y honestidad del personal destinado a vigilar el cumplimiento de normas. Al decir: “Mi hija es un cadáver, pero vos sós un cadáver político”. El pero, indica la dolorosa ilusión que el castigo al gobernante le traería reparación de la pérdida sufrida.

Callejeros

Las letras y publicidades de Callejeros, previas y posteriores a la tragedia, también facilitaron condiciones de posibilidad para la misma. En "Frente al río", su líder y cantante Pato Fontanet, evidencia el duelo por su novia fallecida en Cromañón. Dice: Paso noches hablando de vos, /este es mi insólito monólogo/de hoy. O sea, aún cuando hable de ella acompañado, habla solo. /.../ “hoy no te tengo/y solo, cargo con mi cruz. // Estas historias/nunca tienen fin/y más si en este tema/hablo de mí.” Percibe que más habla de él, más solo se queda. Con tal fuerza, que fantasea: /.../ “A tu espacio/en algún tren/me voy a ir.” ¿El tren del suicidio?

En "Señales" cuya letra elaboraron Fontanet y Carbone, tratan de mandar señales de cómo están. -Ni la ironía de la irónica ironía, /ni lo falso de la falsa falsedad... explican lo que explican/los que explican sobre la verdad. Dan su explicación. Soy un muerto encerrado/en un cuerpo vivo, /soy un vivo que hace tiempo que murió. No fechan su sentirse muertos, lo remontan en el tiempo y lo colocan en continuidad a “soy un vivo”, que en nuestro lunfardo pareciera decir que su “avivada” los mató. La atribuyen a que: Sólo siento pero siento/sin sentidos. Sienten que los sentidos,-vista, oído, piel-; les obstaculizan sentir, /.../ sólo hay descontrol. Reconocen sólo al descontrol que los arrojó al desastre. Buscan darle alguna razón al azar: A tu suerte, siempre restale una duda. /A esa duda, una posibilidad. /Si esa posibilidad se vuelve/tan loca, esa es tu verdad. Reivindican la locura como su verdad, así como otros adolescentes reivindican al paco, marihuana, cocaína, alcoholizarse, buscando distorsionar los sentidos para sentir distinto. Para un juez no soy/más que un crimen perfecto. /Para otros, he sufrido/un gran revés. / (...) El ambicioso sólo habla de ambiciones, / los diarios/mienten a diario y no entendés/como es que tanta gente/sólo compra noticias al revés. / No creen en los que los acusan, en los que los defienden, en los diarios, ni en la gente. No creen ni en lo que proyectan: Tal vez te asombra que no crea ni en mi sombra/ o te sorprende/que aún así pueda cantar. /Es que cuando la canción canta verdades/ ni la censura/ni el rencor la han de callar. Bichos que cantan sus verdades con sed de venganza: Sólo soy un bicho/tan roto y tan sediento/como aquella vez. Callejeros lanzó Señales su nuevo CD al mercado. A 45 pesos, 51 %, más que un doble previo. En 2 días se agotó. Reventaron estadios con sus dos recitales pos Cromañón.

Los medios masivos de comunicación, y ciertos políticos, inciertos

Cromañón fue uno de los tantos episodios, que dejó al desnudo, que a aquellos cada vez les importa menos informar. Construyen sus noticias, según las exigencias de rankings, shares, targets y rankings minuto a minuto, para ganar en la competencia con los otros y en los beneficios económicos, uno o dos puntos más. Toda relación entre personas, se va definiendo políticamente. Entiendo a la política: como los giros diversos que se van produciendo en los vínculos entre los humanos, según qué elemento agencie el discurso en ejercicio, cómo lo haga, y cómo respondan los otros, a dicho agenciamiento. Ocurre en las familias, relaciones de pareja, amistosas, de estudio, laborales, comerciales, de estado etc. Manifiesta virtudes y miserias de los narcisismos, vinculándose desde sus recorridos moebianos. Eso hace de algunos los peores y de otros, los menos peores.

La responsabilidad de Estado, incluyó a diversos funcionarios que faltaron a sus deberes, sin exceptuar al Jefe de Gobierno de la Ciudad y miembros pertinentes de su gabinete. Más, teniendo en cuenta las precedentes denuncias hechas por la Defensoría del pueblo. También al macrismo y sus socios de la izquierda traficando oportunismos, así como Lilita Carrió con su habitual pose virginal, especulando con la catástrofe. Establecida la cadena y jerarquía de responsabilidades se debe seguir penando, según grados de responsabilidad. Pensar que todos equivalen a Chabán, es equivalente a pensar desde la vereda de enfrente, que Chabán es inocente porque (como dijo una ex novia) es buen novio o amigo y toma agua mineral. No debe decidirse por un rasgo el destino de cada involucrado, sino por la resultante del conjunto de variables puestas en juego en las responsabilidades de cada uno.

La histeria entre algunos psicoanalistas

Silvia Bleichmar, psicoanalista de la Sorbona[4] dijo: “hubiéramos querido ver a los dirigentes políticos que votamos no hace tanto con la voz quebrada (¿votó con la voz quebrada?), abrazando a los padres de las víctimas en los entierros, prestos a repartir agua mineral y bancos en las puertas de la morgue para aliviar, aunque más no fuera, el esfuerzo físico de la gente y darles de ese modo reparo, hacerles saber que su sufrimiento era también el del país[5].” Si hubieran procedido así, hubieran faltado a su deber de dirigir la organización del salvataje y la atención de las víctimas. En vez de advertir esto, que cualquier persona con mínima capacidad de dirección advertiría, agregó: “Y si nos hubiera aliviado ver gestos de dolor de nuestros gobernantes, es porque estos gestos darían cuenta de la necesaria identificación con las víctimas.” O sea, la hubiera aliviado más, ver dolor en los gestos de los gobernantes que eficacia ante la tragedia. Estos dichos son una prueba evidente de por que el discurso de la histérica es incapaz de dirigir, sólo sabe quejarse. Remató el dislate diciendo: “Por eso se habla en voz baja de los bebés que murieron en la improvisada guardería que la disco armó en el baño. Llegando incluso al límite de lo tolerable cuando /…/ se culpabiliza a las madres adolescentes que allí los dejaron, ocultando bajo esta acusación de negligencia que las llevó supuestamente a escoger el placer contra el deber materno, la responsabilidad moral que impone la asimetría de quien tiene a su cargo la organización del evento para dar las garantías necesarias para la protección de la vida de quienes en él participan.” Curiosa idea de las responsabilidades según la cual, la responsabilidad de los organizadores, exculparía a aquellas madres que dejaron sus bebés en un baño, en manos de personal inexperto.

Cambalache, siglo XXI

En esta tragedia se cruzaron una vez más, variables diversas y reacciones dispares. A un punto de partida: los seres hablantes no soportan lo inexplicable, lo real. Necesitan encontrar culpables, de lo contrario dicho sentimiento se les cae encima.
No debe dejar de tenerse en cuenta, circunstancias de esta Cultura siglo XXI. Un imaginario social juvenil, privado de ilusiones de futuro que no aparezca adherido a goces estimulados por tóxicos del cuerpo y del alma que los llevan a valorar su vida sólo como desafío frecuente a la muerte en la lógica polarizada entre winners y losers. En esta ocasión, 194 perdieron la partida. Vivimos la decadencia de una cultura, que no sólo en Medio Oriente ofrenda sus hijos “a dioses oscuros[6]”. De una cultura construida sobre “La excepción paterna”, el sacrificio de los hijos y hacer de victimizarse virtud, para argumentar lo que sólo son deseos de dominar a los otros.



[1] Resumen retrabajado de mi ponencia presentada por invitación de los organizadores en el 13 Congreso Internacional de Psiquiatría organizado por la Asociación Argentina de Psiquiatras. Coordinó el panel el Licenciado Gabriel Espiño y expusieron también la Licenciada Cecilia Martínez y el Dr. Isidoro Gurman
[2] Jefe del gobierno de la ciudad de Bs. As., luego destituido por la legislatura debido a lo de Cromañón
[3] Publicado en La Nación del miércoles 2 de febrero del 2005 página 10
[4] Para este caso, curioso anagrama de la Soborna
[5] Clarín 5 de enero del 2005
[6] Lacan en: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis