Análisis psicológico

Estimado Pedro: te envío un análisis psicológico sobre las elecciones del 25 y las que vendrá el 18, hecho sobre la base de la lectura de encuestas pos electorales.
Te propongo lo publiques en la página de psicología.


El viernes 25 de abril una encuesta[1] informaba que:

Sobre 25.799 votantes:
49,7 % sentía que votaría a favor de un candidato
26.5 % que lo haría por descarte
15,8 % en contra de un candidato
5,5 % por bronca
2.5 % por otras razones no precisadas.

Debemos tener en cuenta que fue hecha a través de una edición electrónica, lo que hace suponer que en la misma participaron solamente usuarios de computadoras y duchos en el manejo de medios comunicacionales electrónicos. Y además, que aún flotan económicamente. Se hace evidente entonces, que por lo menos en esos sectores sólo un 50 % al votar, elegía; el resto optaba. También hay que tener en cuenta que casi el 50 %, según una encuesta del CEOP que supuestamente abarca un universo socialmente más amplio, decidió su voto en el último mes. Este porcentaje coincide con el de los que no eligieron, sino que optaron.
Me interesa tomar en cuenta también otras encuestas de la misma fuente. En ellas responden a por qué eligieron a quien votaron:

A Menem:
1ª) 39 % para retornar a los 90
2ª) 21,9 % por sus antecedentes como gobernante
3ª) 19 % porque es el más “vivo” e inteligente
4ª) 15, 2 % porque garantiza el crecimiento de las fuerzas de trabajo
5ª) 14, 3 % porque es el único que puede resolver el caos económico.

La 1ª, 2ª y 4ª respuesta, que engloban un 75,2 % de esos votantes, contestan según como sintieron dicha experiencia de gobierno y no desde un análisis de la misma. La 3ª es la del auténtico menemismo, el que proclama descaradamente que votó así porque ese gobierno le rindió usufructos personales[2]. La última, responde asustada por el caos económico. La 3ª y la última, 33,3 % de sus (7.92 % del total de votantes) expresan lo más profundo de Carlos Menem, la “avivada” de quebrar el estado y la industria nacional para usufructuar él y sus “socios”, del remate y entrega de la economía nacional a las grandes corporaciones a cambio de jugosos “retornos”. Como sabemos, Menem se manifestó dispuesto a “saturar”[3] de fuerzas de “seguridad” las calles, para aplastar cualquier resistencia.

Con respecto a Kirchner, lo que más pesó en quienes decidieron votarlo, fueron:

31,1 %. sus antecedentes como gobernador
Junto a esto contribuyeron a armar su imagen:
23, 2 % sus propuestas
22,5 %. apariencia de honestidad y transparencia
En cuarto y quinto lugar aparecieron 2 respuestas, por un lado contradictorias y por otro articulables:
12,4 % que representa el cambio
12,1 %. que es la continuidad del proceso que inició Duhalde
Son articulables si se interpreta que identifican a la política de Duhalde y Lavagna como un cambio con respecto a la de Menem-Alianza. Si lo tomamos así: suman un 24,5 %.

A López Murphy:
33,1 %, por honestidad y transparencia
32,5 % por capacitado
16 % por sus ideas y propuestas
11,8 % por ser el único con capacidad para resolver el caos económico

A Elisa Carrió:
63,7 % por honestidad y transparencia
50 % por renovación de la clase política
16,3 % utopía del cambio
14,3 % por ideas y propuestas
13,2 %. por descarte

A Rodríguez Saa:
46,5 % por sus antecedentes como gobernador
38,6 % por ideas y propuestas
18,9 % por crecimiento de las fuerzas de trabajo
16 % por proyecto de desarrollo nacional
11,8 % por honestidad y transparencia

Salta a la vista que quienes armaron la encuesta no presentaron como general, una pregunta clave: ¿Vota por los méritos del candidato o vota por descarte? La misma sólo se la hicieron a los seguidores de Carrió, cuando era evidente que esa circunstancia se dio más entre votantes a Kirchner, Rodríguez Saa y López Murphy. Es una pregunta clave, pues es la que pone en cuestión las limitaciones de la democracia que habitamos. Queda respondida en aquellos, un poco más del 50 %, que en la encuesta electrónica respondieron que votaban, pero no por estar de acuerdo con el candidato.

El porcentaje de votantes que rondó al 80 %, uno de los más altos de los últimos años y la desaparición en esta ocasión del voto por nadie, indican que ante la inestabilidad política, la mayoría prefirió buscar una salida pacífica, “que la sangre no llegue al río” que producir un vacío de poder que acentuara y acelerara dicha inestabilidad. Lo que explica también el bajísimo porcentaje de votantes a la ultra izquierda que suele tratar de impulsar a los piqueteros a acciones desesperadas, que arruinó con su sempiterno sectarismo a las asambleas barriales y que ahora llama a votar en blanco.

Si sumamos los que atribuyeron a Menem y Lopez Murphy capacidad para resolver el caos económico, poco más del 26 % de los votantes de ambos, podemos advertir que aún es pequeña la proporción de ciudadanos que aspira a la “mano dura”, un 10.4 %.
Pero los medios y los políticos en general buscan interpretar esto como un retorno de la mayoría del electorado a la confianza en la forma actual de la democracia. El 50 % que opta, no que elige, indica que dicha interpretación está alejada de lo ocurrido. En este terreno la Argentina está partida al medio entre los que siguen confiando en las formas institucionales y los que en este momento desconfían de las actuales.

Otro fenómeno evidente es la dominancia para decidir la opción, de la orientación según el peso del caudillo local. En lo que hay que distinguir dos manifestaciones. Una, el peso aplastante de los resultados obtenidos por los candidatos en la provincia de la que son o fueron gobernadores. Fue el caso de Menem, Kirchner, y Rodríguez Saa. Eso evidenciaría que las mayorías votaron más teniendo presente “los favores” que recibiría su provincia, que la propuesta y trayectoria general del candidato. Otra, el peso de los caudillos locales para volcar la balanza a uno u otro candidato en cada una de sus circunscripciones. Fue más una más una competencia entre provincias y regiones, que una elección entre proyectos. Lo que habla de una tendencia a la disgregación de la Nación. Estamos ante el peligro de que así como se extendió la lucha de pobres contra pobres, estemos en el prólogo de una confrontación entre provincias y regiones. De esto ha formado parte también el fenómeno Lopez Murphy que ha heredado en el país los votos perdidos por la UCR y parte del FREPASO así como de los conservadores que no tenían otro representante nacional, fuera de Menem. Eso hace que siendo partidario de propuestas económicas tipo Menem, no se anime a apoyarlo públicamente para no perder ese electorado tensado entre dos imaginarios muy distintos de país. Esa es la verdad que late detrás, cuando dice: que él no es dueño de sus votantes. Efectivamente no lo es por provenir de imaginarios muy diferenciados sólo unidos en su antiperonismo. Lo cierto es que su votación mayoritaria en la capital, apunta a desarrollar nuevamente el tradicional y desgraciado enfrentamiento entre las provincias y el puerto.

Hay un contexto internacional cada vez más peligroso y embrollado por la política de “guerras preventivas” de George W. Bush, que en la medida que se va afirmando en medio oriente y Corea tiende a ir volcándose a Latinoamérica. Para lo que se aprovechará de las desgraciadas y bizarras provocaciones de Fidel Castro con los últimos fusilamientos, pero para poner su mira en primer lugar en Venezuela y Colombia (países petroleros). En ese contexto, los primeros acuerdos de Lula y Duhalde para afirmar el MERCOSUR, despertaron alguna forma de nuevas ilusiones ante la amenaza imperial.

En este mapa pos electoral, las opciones que presentan la segunda vuelta resultan ambas alienantes. Tienen la estructura dilucidada por Lacan en los capítulos sobre alienación y separación en Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis y ejemplificados a través de opciones como las de la “bolsa o la vida”. Hacen preferible entregar la “bolsa”, con los ojos puestos en ganar tiempo para ir estructurando una nueva alternativa que permita que alguna vez se pueda elegir en nuestro querido terruño, en lugar de tener que andar siempre optando. En definitiva no estamos más que ante la repetición en el terreno comicial del consejo tan extendido en estos últimos tiempos: “si te asaltan a mano armada no te resistas entregá la plata que lleves, que la vida es más importante y te dará una nueva oportunidad para recuperar tus valores”.



[1] Clarín
[2] Ver en www.televerdades.com el análisis de la lógica mafiosa de Menem
[3] Ver formulaciones que hizo en ese sentido y que fueron “levantadas” en www.televerdades.com