El traspié de los Kirchner


Herramientas para el análisis de situaciones conflictivas
El prolongado conflicto entre el gobierno y las corporaciones del agro y su desenlace, ha sorprendido a sus actores, a los analistas políticos y a la población en general. Es momento propicio para repasar mitos y lógicas de la política, utilizando herramientas que faciliten un poco más de entendimiento. Eso podría facilitar operar mejor, a aquellos actores que así lo deseen y cuenten con condiciones para acercar dichos deseos a su efectivización. Tomaré en cuenta como inciden, las tres formas de recepción de las percepciones y los sentimientos. Su articulación, y como se manifiestan en actos y conductas concientes e inconscientes de los seres humanos; para, y en, sus enlaces sociales necesarios para ir construyendo su vivir.
La política, está sobredeterminada[1] por diversos vectores: daños y potencialidades productivas del planeta y cada país en particular, desarrollos de las fuerzas productivas, relaciones sociales de producción, políticas económicas, perfiles de agrupamientos sociales y políticos y de sus liderazgos. Filogenias y ontogenias étnicas, psicologías particulares de diferentes sectores de las masas que condicionan su relación con dichos liderazgos. Cada una de estas variantes y seguramente algunas otras que se me escapan, acondicionan a las demás y son condicionadas por ellas. Finalmente el azar, una cara de lo real, también incide y fuertemente en el destino de las políticas y como consecuencia de las apuestas de los políticos en ellas.
Tendencias mortíferas determinadas por pulsiones y paradojas narcisistas
La estructura que produce el accionar humano, está sobredeterminada por el conflicto que se produce entre el carácter fatalmente narcisista de sus deseos y la exigencia irrecusable y limitante de los mismos, de las relaciones con los otros para intentar llevarlos a cabo. En esas condiciones, reside la condición básica de inevitabilidad del conflicto psíquico. También, que el accionar sea decidido según cómo se articulen los tres registros de la experiencia en cada uno, en masas, y en liderazgos particulares. Las pulsiones, al ser posibles de satisfacerse en su propio borde[2] auto eróticamente (dicho en criollo, el goce de chupar y de comer, la masturbación anal, la peneana y la clitoridiana, etc.), plantan una de las condiciones básicas para que las tensiones entre el hablante y sus otros, suelan desembocar en pulsiones mortíferas. Ya que la satisfacción auto erótica lleva al aislamiento y a la estrechez vital en muchísimos sentidos. El narcisismo, lejos de ser una condición moral, como se escucha a veces usarlo de adjetivo peyorativo, es la estructura básica, que buscando la sobre vivencia de cada uno también puede llevarlo a la muerte. Y como tal, está cruzado por los antedichos tres registros de la experiencia, que se anudan en interdependencia total. En sus mejores formas, funciona entrando y saliendo de sus limitaciones y muchas veces sin advertirlo, para sobrellevar la vida en las relaciones con otros (pareja, hijos, compañeros de trabajo). Su tope, está en la imprescindibilidad de relacionarse con otros, que lo encuentra – desencuentra con los limites de cada uno de ellos o de los grupos en que se agrupan. Dichas relaciones se producen a través de las creencia fantasiosas de que hay “un sentido común”. Creencias que devienen de creer que dichos vínculos se anudan, tras la suposición que los otros quieren lo mismo que uno. O sea, a través creer que se comparten significaciones y sentidos comunes con los demás. Pero dichos sentidos y significaciones, se han construido desde los límites que impone el propio cuerpo, cerebro y constelación micro cultural de la que se es producto. Y que está condicionada por la filogenia, ontogenia de cada uno y como respuesta a las “sorpresas que te da la vida”[3] y casi siempre suele resultar diferente a la de cada otro. De esta torsiones en las relaciones entre las tendencias a luchar por sobrevivir, las pulsiones de muerte, las paradojas narcisísticas, más el reconocimiento siempre erróneo de sus otros, devienen malos entendidos, agresividades y agresiones, “encerronas trágicas” como gustaba decir Fernando Ulloa.
El ego, actor principal… de tragicomedias

Cacerolazos de Teflón en la Plaza. El yo de la sirvienta, a ojos cerrados, sirve al de su señora

El yo, que por un lado nos facilita vivir en sociedad al darnos una apariencia en la cual sostenernos y una tenue racionabilidad para pensar, por otro es sede de conflictos y torsiones por ser actor de un personaje (lo inconsciente) que le queda grande y porque esos deseos inconscientes lo empujan a darse a ser no sólo agente, sino también objeto en los intercambios de goce con los otros. Con su sabiduría milenaria le lengua construyó con el prefijo ego, significantes como: egoísmo, egocentrismo, egolatría. ¿Qué nos dice el diccionario[4] de los mismos? De: egoísmo. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás. De: egocentrismo. Exagerada exaltación de la propia personalidad, hasta considerarla como centro de la atención y actividad generales. 2. [m.]Acto sugerido por esta condición personal. De: egolatría. Culto, adoración, amor excesivo de sí mismo.
Hay que tomar en cuenta, el indiscutible peso de aquellos líderes que se afianzan ante masas importantes, sea por su número, su peso en la producción, el comercio, las finanzas, la disposición de las armas del estado, o de aparatos partidarios. Tomándolo en cuenta, se hace evidente que el encontronazo entre los narcisismos mortíferos por un lado de dirigentes agrarios hegemónicos, reforzados por entirse gozosos de ser amados por pobladas conmovidas, como De Angeli (pasteras antes, retenciones ahora); y por otro del Presidente del Partido Justicialista fijado a glorias pasadas, han ocasionado al resto de la gente que habita el país y al país en su conjunto, inútiles e importantes pérdidas. Entre los dirigentes agrarios y la mayoría de sus trabajadores, en esta ocasión, campea el egoísmo. Hay entre ellos, propietarios y CEOs (Chief Executive Officer - ejecutivos de cúspide) de grandes corporaciones sojeras y de otras explotaciones productoras y comerciales del campo, pero con la compañía mayoritaria de su masa de trabajadores. Del lado presidencial justicialista, hay errores de cálculo en la correlación de fuerzas sociales y una propuesta tardía de redistribución de la renta nacional. Redistribución sobrecargada a uno de los sectores de la economía, dejando sin tocar otros, en los que grandes corporaciones tienen pingües ganancias. Lo que nos muestra al menos, un obcecado esfuerzo egocéntrico, ególatra, que amenaza arrastrar su fracaso personal y de un proyecto político que merecería mejor destino.Re-actualización de antiguos prejuicios políticos y racistas
Debido a las condiciones de conflictividad inherentes a la estructura productora del ser humano en situaciones de tensión, el primer fantasma que se le aparece a cada uno, es el otro como siniestra amenaza. Fantasma que soporta al goce de cada uno, y facilita no interrogarse por la propia responsabilidad en las carencias que se sufren. Se sobredimensionan y expanden ideologías, de izquierda, de derecha, o ahora del democratismo que derrapa a anomia, y de “género” [5]. Alguna vez fueron propiciatorias de defender intereses de la Nación y/o de una supuesta la igualdad ante la ley de sumergidos sociales o sexuales por los sectores dominantes. Pero cada vez más, se trastocan en retóricas renegatorias de las verdades emergentes de diferencias de órdenes diversos. Debido a la magia del lenguaje –negra en estas circunstancias- las ideologías, de iniciarse como propiciatorias, derivan en obstáculos para lo que proclaman. Izquierdas, derechas, centros, son nombres que devienen del ala que ocupaban a las miradas, los diputados en la asamblea de la Revolución Francesa. Y la mirada, es “mandada a hacer” para escabullir la verdad.
Sorprendidos por la protesta de “la abundancia”
Hubo muchos sorprendidos porque esta protesta tan sostenida y extendida, se disparó cuando mejores réditos se están obteniendo de la renta agraria. Quienes se sorprenden, son tributarios de la idea, que sólo la miseria conlleva estallidos sociales. Es un error, los estallidos sociales sólo suelen ser producto de crisis. Las situaciones crónicas habitúan a gozar[6] de ellas, sea en la pobreza o en la riqueza. Las crisis presionan los conflictos entre los narcisismos de los hablantes, tanto en las de empobrecimiento, como las que resultan de excedencias. Aunque estas parezcan más irrazonables. No se trata de la razón pura, sino de la razón fogoneada por pulsiones y narcisismos. Estos a veces favorecen desarrollos nacionales y/o sociales y otras los perjudican. En ambos tipos de crisis, las ambiciones personales, estimulan los conflictos por la redistribución de la renta. En ambas, los diferentes sectores sociales creen que la justicia se mide desde el rasero de sus intereses. De ahí deviene la relatividad del significante justicia, que siempre exige predicación para poder producir significaciones que sólo satisfacen a quienes resultan favorecidos por estas. Por el peso de la función de los estados como reguladores, supuestamente la ejercen. Sea desde la presencia, o por ausencia, según las orientaciones políticas predominantes en sus gobiernos y las correlaciones de fuerzas sociales y económicas con las que tengan que lidiar. Lo justo o injusto y la realidad que establecen, finalmente es definida por la resultante de dicha correlación y las consiguientes negociaciones explícitas o implícitas.
Medios masivos de comunicación + corporaciones = ¿libertad de prensa?
Este conflicto ha mostrado desnudamente el enorme resorte de poder en que se han constituido los medios masivos de comunicación, en tanto son vehículos bombas de grandes corporaciones económico - financieras – - comerciales – agrarias - fabriles.
¿Cuál es la lógica que los soporta? La de los vínculos sociales resultantes de las formas de articulación discursiva entre humanos. Son pieza clave, en la modalidad de relación entre ellos. Las diferentes variantes de discursos amo, lejos de ser despreciables como suele escucharse en algunas utilizaciones peyorativas de dicha nominación de discurso, fundan y sostienen las relaciones entre los seres parlantes. No ha habido una sola sociedad donde alguna de sus formas no haya hegemonizado. Lo que por supuesto supone pérdidas, como ocurre en cualquier otra de las relaciones de discurso. En todos ellos, sus actores ganan y pierden. Algunos más, otros menos. Su lugar en cada discurso, depende de su modo de estar en las relaciones sociales. En que lugar se ubican, depende del deseo que los esté causando y la modalidad de goce en que se engarcen, y no sólo como “ingenuamente” se suele creer, de cómo quedan ubicados, o sean colocados, aunque esto influye y muchas veces fuertemente. De en que lugar queden, dependerá de qué goce se apropien, cuales sean su pérdidas y que deseos les queden pendientes. Sin agente que indique -amo- no hay relación que funcione. Ante la indicación, el otro aceptará, rechazará, o propondrá modificar. Insisto, no ha habido ninguna sociedad en la que no dirija algún discurso amo. Y mientras más libertarios eran los enunciados, más rígidos fueron los amos devinientes. Resultó así en la Cataluña anarquista de la guerra civil española con sus resultados de anomia y disgregación, que facilitaron el triunfo de los fascistas de Franco. Y que en el declive revolucionario, “resolvieron” las diferencias entre ellos, con la razón de las armas.
El periodismo, supuestamente dispuesto a decir la verdad en tono de denuncia, es expresión socializada del discurso de la histérica. La histérica con sus “histeriqueadas” -te quiero, no te quiero, te deseo pero no accedo a que goces conmigo, acercáte pero no demasiado, no te alejes pero no me toques- convoca al amo que imagina como poderoso, para impotentizarlo, patearle el banquito en que lo unge. En la actualidad, el amo encarnado en grandes corporaciones multimedia, además monopolizadoras en nuestro país de la producción de papel, y partícipe de muchos otros grandes negocios, hace apariencia de histérica para operar encubiertamente como amos verdaderos en cualquiera de sus versiones. Este uso perverso de la máscara histérica por “los medios”, empuja a la disgregación social y aprovechándola, convocan amos tiránicos, absolutistas y destructivos, como los que componen Sociedad Rural y corporaciones sojeras.
Que la política dependa de condiciones de estructura, no excluye que en ella haya buenos y malos. Malos son aquellos que habiendo producidos actos que significados por sus efectos como dañinos para los otros, sin que medie imposibilidad de no repetir, repiten. Buenos, quienes se sustraen a la tentación de hacerlo, en pro del primum non nocere[7]. La censura de prensa no es solución, además de ser un arbitrario y seguro colador. El siglo XXI, exige de estados y poblaciones, utilizar con creatividad medios estatales y otros de propiedad pública, instituidos a través de mecanismos bajo control democrático. En la coyuntura también una política activa de conferencias de prensa, en vez del secreto sectario de cúpulas. No serán garantía, pero sí intento de mejorar, compitiéndole a las corporaciones..
Poder
Poder es, no sólo contar con medios para hacerlo efectivo, sino también saber hacerlo. El principal problema que presenta el ejercicio del poder en la jefatura del Partido Justicialista y en la Presidencia de la Nación, reside en la torpeza que están evidenciando en tejer alianzas y exclusiones, lo que se refleja incluso en el encierro de la cúpula que está decidiendo sus políticas. En estos rasgos residen sus principales debilidades. Parecieran no advertir, que si en política eso siempre resultó perjudicial, en la velocidad de los tiempos del siglo XXI, tornará olvidables a quienes se equivoquen. Así como en la concertación con parte de los radicales, Kirchner concilió más allá de lo necesario con algunos barones radicales y peronistas del conurbano o con algún caudillo provincial como Rovira, el derrotado candidato a gobernador en la provincia de Misiones. Su egocentrismo, lo llevó a la necedad de no tomar registro de dicho acontecimiento, con lo que sembró los vientos de las tempestades que le hizo recoger a su esposa en el destino del decreto 125. La conciliación sin necesidad, y el rencor, son malos consejeros. Ya hay voces que piden la renuncia del vicepresidente Cobos. Le exigen “que acompañe al gobierno”[8]. No tienen en cuenta que el Presidente del PJ y la Presidenta de la Nación, lo tuvieron todos estos meses de florero, tanto a él como a la que corriente radical de la que provenía. O sea, no fueron compañía. Si la Presidenta de la Nación logra reciclar su inteligencia, desprendiéndola de la sujeción simbiótica al masculino que se le impone, reestructurará su política de alianzas y adversarios. De lo contrario, habremos perdido otra gran oportunidad como Nación y sociedad.
Sombras del pasado.
Del 2001 se salió, más allá y más acá de las apariencias, con un tregua inestable. Estabilizada con el 3 x 1 de Duhalde y sus ministros de economía, continuado por Kirchner y Lavagna y una módica quita en parte de la deuda externa, que permitió saldar con el principal acreedor, el FMI y algunos fondos buitres, que insisten en cobrar. Queda, la adquisición de nuevas deudas y el Club de París.
La frágil salida encubrió imaginariamente, a la manera de los olvidos, un dato clave que expresaba la consigna “¡Qué se vayan todos!”, la desconfianza generalizada en los dirigentes políticos. Lo que le dio alas a dirigentes sociales (piqueteros, comisiones de base, etc.) que no traen tras sí historia, ni organizaciones arraigadas y con una parte importante de su masa integrada por desocupados y otras formas de marginados. Marx no confiaba en ese tipo de masas por no tener una ligazón orgánica en función de su participación en la producción. Todo lo que traigo a cuento, torna a dichos dirigentes sociales, de bases inconsistentes. El peligro de esta situación reside en que masas con ese fundamento en sus condiciones subjetivas, que las desaniman, resulten caldo de cultivo para aventuras totalitarias o peor aún para anarquizaciones de “todos contra todos” tipo lo que fueron los Balcanes, o en los 70 el Líbano. Quedó disimulado por el estrepitoso rechazo de la 125 en el Senado, que la semana anterior fue rechazado un veto de Macri a una ley de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, por 56 a 0, o sea unanimidad. Su propia bancada le votó en contra. Los argentinos nos fundamos como Nación, en reacción a la anarquía de los años 20 del siglo XIX, o sea que tenemos historia en esos terrenos. Entre otras cosas descendemos mayoritariamente de etnias con características de ese tipo, andaluces, napolitanos e italianos en general.



Un tema muy relacionado con todo esto es la tendencia al aislamiento y aceleración de las personas urbanas. Lo que tiende a agravarse, al ir cayendo una cantidad de funciones de las computadoras a expensas de los teléfonos celulares. Esto acentúa las relaciones virtuales, absolutamente fragmentarias y no presenciales. Lo que favorece el fortalecimiento de narcisismos circulares, sin torsiones obligadas, por los vínculos sociales presenciales y como consecuencia tendencias a la disgregación. Es mucho más fácil decirle algo a alguien o a varios, por mensaje de texto, que en la cara.
La memoria colectiva
Los políticos, ¿ingenuamente? creen en la memoria de los pueblos. No advierten que como cualquier memoria, pero mucho más cuando es colectiva, es mítica. Cosa que Jung advirtió preclaramente. Lo bueno, es fácilmente olvidado en tanto la rueda de la historia sigue sus “rodadas”. Lo de hoy tapa fácilmente lo de ayer. Es la base lingüística de la represión. Cuando hablo, la palabra que se elige entre sinonímias o antonímias posibles del eje vertical, paradigmático, de cada operación de enunciación, deja caer, subalterniza las otras posibles. Cuando renacen dificultades, se olvida lo bueno que pueda haber habido y sólo se sienten las dificultades que se transitan. Esto está a la orden del día hoy.
Estas cuestiones, hacen de la situación actual, algo muy difícil por la obcecación, el encierro narcisístico de la pareja K, ¿y sus negocios?, y por el encierro narcisístico de los líderes corporativos actuales del movimiento agrario y de la oposición en general. Contribuye la miopía de algunos izquierdistas y los deseos revanchistas de algunos K y lo peor de las derechas, todo montado en la perversidad desinformativa de los medios masivos corporativos. Lucha contra ese “cuesta abajo en la rodada”[9] iniciativas vitales e inteligentemente pluralistas, como el importante agrupamiento Carta Abierta[10].


[1] Concepto clave desarrollado por Freud, ya desde La Interpretación de los Sueños.
[2] Observación de Lacan en Los Cuatro conceptos… plantada como axioma fundamental de la lógica de la pulsión de muerte.
[3] Ruben Blades “Pedro Navaja”
[4] Diccionario de la lengua de la Real Academia Española
[5] Extraña preferencia que tienen algunas mujeres por ser reconocidas por este significante sustantivante que por la adjetivación de su sexo.
[6] Utilizando esta palabra en el giro que le dio Lacan, al referirla no sólo al placer sino también al sufrimiento, en tanto se transforme en hábito al que se ancle.
[7] Dicho latino: “Lo primero, no dañar”
[8] Declaraciones de Miguel Angel Pichetto (diarios del 20 de julio del 2008)
[9] Tango. Cuesta Debajo de Gardel y Le Pera
[10] Agrupamiento que ya reúne las firmas de unos 5.000 intelectuales