Teoría y práctica para la terapéutica de la esquizofrenia

Esta charla va a ser muy condensada, pero les va a servir de todos modos.

Tengan en cuenta que se van a encontrar con la síntesis de un viejo trabajo de investigación, causado por mis propias implicaciones con las esquizofrenias. Con lo cual a quienes me hicieron observar su producción.
Decidí utilizar como guía tentativa los nombres de la metodología médica. Para poder seguir la lógica del tema, la estructura formal del pensamiento, de la semiológica médica, en especial nos puede ser útil. Por eso les voy a hablar de antecedentes, etiología, etiopatogenia, fisiopatogenia, factores desencadenantes, medidas preventivas y lo imprevisible, tratamiento, contraindicaciones, efectos secundarios y pronósticos.

Antecedentes: Cooper era un antipsiquiatra, de origen sudafricano, pero desarrollaba mucho su práctica en Londres. En un congreso sobre sicopatología planteó que la psicosis siempre se iniciaba en un accidente ocurrido en la tercera generación presedente a aquella persona en la cual la psicosis aparecía. Este concepto fue tomado por Lacan. Esto lo he observado varias veces, pero también he observado que a veces se produce de la primera a la segunda generación aparece dicha enfermedad.

El accidente en la precedente 3ª generación es de un orden distinto que en la paranoia. En esta, va afectar fundamentalmente a funciones del nombre de padre. En cambio en la esquizofrenia, va a afectar la trasmisión del lenguaje desde objetos primeros y primordiales (habitualmente las madres) al futuro esquizofrénico. Este es un punto al cual luego volvere.

Etiología: El accidente deviene en una modalidad de comunicación ambigua y/o, en su formación reactiva, de un absolutismo rígido e inapelable. Por ejemplo hablaríamos de fundamentalismos, inductores ambos de la esquizofrenia. Se observa esa forma de comunicación en los objetos primordiales) en melancolías no desencadenadas que suelen orillar perversiones, en paranoias no desencadenadas y también esquizofrenias no desencadenadas. Uno a veces encuentra que el esquizofrénico es hijo de una esquizofrenia no desencadenada. Es más común encontrar eso, que encontrar que el esquizofrénico es hijo de una esquizofrénica.

Es lo que describió tan bien Gregory Bateson con la noción de doble vínculo o doble mensaje, en sus estudios sobre esquizofrenia. Si quieren buscar el artículo, se encuentra en una compilación que se llama “Hacia una ecología de la mente”
No es lo que políticos y periodistas suelen vulgarizar al señalar en personas que hoy dicen una cosa y mañana o al rato lo contrario. Por ejemplo el presidente muerto.

Esto resulta más o menos factible de advertir por los receptores. O sea, si alguien me dice una cosa hoy y otra contraria mañana, es relativamente fácil de advertir. La cuestión se plantea cuando el acto o el enunciado conlleva a un desciframiento imposible, por desplegar una lógica paradojal y afectar en un tiempo de desarrollo que dificulta desenredar la “galleta” que produce. Por ejemplo, me tocó un caso donde la Madre de mi paciente, en un mismo acto miraba la televisión con el hijo de 12 años a su lado en la cama, mientras le acariciaba el pene y que cuando el órgano se ponía erecto lo reprendía y le pegaba con un látigo de tres cuerdas.

Los ejemplos más habituales que se dan en el lenguaje es el “Sé libre” o el “Yo Miento” . Alrededor de eso Lacan Le hizo una discusión a Beison, la cual considero que fue muy acertada desde el punto de vista de la teoría. A Beison lo que se le escapaba era la división en un mismos acto, entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado. Con lo cual, Lacan decía, en el yo miento, el sujeto dela enunciación está desciendo la verdad. Que es que el sujeto del enunciado miente. Imagínense un chico de dos años, tres años, doce años no es un teórico de la lingüista capas de discriminar entre el sujeto de la enunciación y el sujeto del enunciado. Ahí el receptor, el objeto queda paralizado ante ese mensaje del doble vínculo. Si miente está diciendo la verdad y si está diciendo la verdad miente. Con lo cual se queda sin salida.

Creo que a esta altura del siglo XXI, no hay que dar por excluido, Freud no lo hacía, factores genéticos y de la estructura molecular del sistema neuronal central. En estos últimos diez años se ha desarrollado muchísimo la psiconeuroinmunoendocrinología. Donde verdaderamente los psicoanalistas tendremos que estar atentos respecto de esto.
El profesor de farmacología de la facultad de medicina, dice en sus clases que los psicofármacos y las palabras producen efectos similares sobre las neuronas.

Etiopatogenia: Dicha modalidad comunicacional imposibilitará marcar al futuro esquizofrénico con algún rasgo unario, en tanto y en cuanto no se constituyeron condiciones para que se realicen los efectos sujeto y en tanto y en cuanto el viviente no hubiera logrado acceder a alguna manera de defenderse de dicha forma de enunciación por parte del objeto primordial.

El rasgo unario es aquello que permite iniciar y por lo tanto desarrollar la cuenta. El ejemplo que da Lacan es el del cazador, que cada vez que baja una presa hace una mueca en el fusil. La presa habrá sido un pato luego una liebre luego una perdíz, pero lo que habrá es uno, uno, uno... Esto es muy importante porque es lo que permite incluir al objeto en una cuenta.

Según mi hipótesis en el esquizofrénico ese rasgo no logra instalarse. Porque al encontrarse el futuro esquizofrénico con esos mensajes de doble vínculo no puede saber nunca si ocupa un lugar en la cuenta, no que lugar ocupa en la cuenta, esto tiene que ver con los otros neuróticos. Esto se relaciona mucho con la clínica.
Al no producirse esa marca, tampoco se establece la posibilidad que se le presenta al neurótico de ilusionarse con disponer de un lugar más o menos claro en los lazos sociales.

Escuchen lo que digo “de ilusionarse”. Nosotros los neuróticos somos mucho más idiotas que los psicoticos, porque nos ilusionamos con que ocupamos determinado lugar, somos determinada cosa, valemos de determinada manera, etc. La tragedia del psicótico y en especial la del esquizofrénico es que no se puede hacer esa ilusión. Esa ilusión es las que nos mantiene vivos. Si se escucha a alguien melancolizado, se puede decir que el mismo perdió el sentido de la vida. Lo que perdió es la ilusión de para que sirve su vida. Esa falta de ilusión tampoco permite encontrar un lugar para el otro. Porque si yo no sé que lugar ocupo y si ytengo lugar, si estoy en un lugar, no puedo saber que lugar ocupa el otro para mi y si tiene lugar en mi. Esto que les puede sonar extraño, lo pueden leer bien en un artículo de Freud que se encuentra en la Metapsicología y se llama “El Discernimiento de lo Inconsciente”. Mi me pasó toda una historia en ese sentido. Entré a la psiquiatria y al psicoanálisis por vía de la esquizofrenia, la mía y la de mis pacientes. Mis pacientes esquizofrenicos me recitaban su complejo de edipo, con lo cual hicieron que empezara a centrar mi atención en Freud. Sin embargo hace diez años que me di cuenta que la cosa más aguda sobre la etiopatogenia de la esquizofrenia estaba en ese artículo de Freud.

Este hecho en la estructuración de la estructura que fragilaza a lo imaginario y por ende a lo que anuda al nudo. O sea si uno no sabe si ocupa un lugar y no encuentra un lugar para el otro, no se dan las condiciones básicas para que se establezca la condición imaginaria. La relación imaginaria no es algo despreciable, es lo que anuda las relaciones entre los seres humanos. Por ejemplo las últimas elecciones. En cualquiera de las variantes que cada uno de ustedes halla estado en el momento de la votación. Votó porque creía que entendía el programa de aquel que votaba o porque estaba en contra de la practica que había desarrollado un x contra el que se votaba.