Freud lo analizó medulosamente, el malestar es inherente a la Cultura, lo que no quiere decir que sin La Cultura viviríamos mejor. Hechos de este fin de siglo provocan al psicoanalista a preguntarse por algunas razones, de algunos ocurridos últimamente. Con ese fin nuestra revista convoca a jornadas para el 11 y 12 de diciembre de 1999
Suicidios colectivos. Aumento en la tasa de suicidios infantiles. Homicidios seriales. Pérdida de la “profesionalidad” del delincuente urbano. Asesinato rápido y fácil de su parte, y de parte de quienes debieran mantener el orden. Atentados en masa, seguidos de auto–inmolaciones. Catástrofes del ecosistema: Chernobyl, arrasamiento de bosques, derrames de petróleo. Guerras de exterminio sin ocupación de territorios. División de la sociedad entre los que sobre-trabajan (12-14 horas diarias) y los desempleados. Emigraciones masivas, desde las ¿irónicamente? llamadas economías emergentes, hacia los creídos países centrales.
Hay Inconscientes que se empeñan en repetir por boca de comunicadores sociales con llegada mundial, como los de la CNN en español, frases que nos convocan a reflotar al instante, lo inactual: la interpretación, la intervención sobre el síntoma. En este caso, social, ya que es de rotura de lazos sociales y exasperación del individualismo.
Dichas frases son: evitar una catástrofe humanitaria y oponerse a la limpieza étnica. En otros contextos, dichos conductores utilizan esas palabras con total pertinencia. Por ejemplo, cuando hablan de ayuda médica, la califican de humanitaria.
En consecuencia cuando dicen catástrofe humanitaria, su inconsciente enuncia que las catástrofes traen resultados favorables a la humanidad. Cuando repiten que las tropas de la OTAN combaten en oposición a la limpieza étnica, dicen que se oponen a lo que ellos también consideran limpiezas. Se pueden dar muchas interpretaciones sobre estas insistencias significantes, desde la economía, la política, etc. La psicoanalítica es verdaderamente inquietante. Lee que ambos significantes trasmiten que en el lugar del Otro[i] de los jefes de la política y la guerra en la aldea global, está la idea de que hay un exceso de población y el deseo de genocidios que resulten humanitarios y limpien.
El significante causa (en el sentido que indica de qué, cómo, y hasta donde gozar) entre otros, dos campos de goce en la política mundial. 1) El de la multiplicación de las fortunas por vía de operaciones financieras inescrupulosas y de la expulsión de los trabajadores de sus puestos. Para lo cual, gracias también a la existencia de los significantes y las letras, aprovecha intensivamente lo que el desarrollo científico y tecnológico le sirve en bandeja. 2) La Ciencia, el nuevo dios, es otro de esos campos. Pero en ambos, no operan los límites que el significante debiera ponerles. La “culpa”: ¿es del significante y sus incapacidades?. Nada de eso. El significante puede ponerle límite al goce, cuando así lo decide el sujeto. Por lo tanto, lo que está ocurriendo, es responsabilidad de los sujetos, en tanto sigan encandilados por los brillos de La Ciencia y La Tecnología, sin advertir ni oponerse a los efectos oscuros de las mismas. Lo simbólico, por defecto, por lo que no logra resolver o lo que produce inesperadamente y sin significación avizorable, manejable, engendra a lo real. No a la naturaleza, que siempre estuvo. Cada paso por nuevos descubrimientos y nuevas aplicaciones tecnológicas, puede producir un resto, que inquietante, se vuelve sobre nosotros. Como diría la canción: a veces bien, a veces mal. Es responsabilidad de cada uno de nos, que en relación a los otros, hagamos trabajar al significante y la letra sobre esos restos que mientras se mantienen irrazonables, amenazan con arrasarnos.
Más, en tiempos como éstos, en que el desencadenamiento de La Ciencia y La Técnica, trajo un efecto maníaco con connotaciones perversas en los amos corporativos, por el cual someten todo, a su pura voluntad de goce. Expulsan masas de trabajadores. Incendian países. Inflan y pinchan economías. Destruyen el ecosistema.
Idiotizados por su Imaginario ensoberbecido, no advierten que no sólo condenan a los que por más débiles caen primero, sino que se están condenando ellos mismos. A llenarse de chicos de negro (Denver), de inmigraciones masivas a sus territorios centrales, a que les devuelvan sus gentilezas enviadas en misiles o en F 117, con armas biológicas o químicas, fáciles de transportar como lo mostró el filme 12 Monos.
Si insisten, la catástrofe humanitaria será tal, porque los incluirá.
Los chicos de Denver, un caso testigo.
Tenían 17 y 18 años, mataron a 11 personas, incluidos ellos, e hirieron a más de veinte. ¿Por qué? No hubo proclamas ni gritos que permitieran, aunque sea, conjeturarlo. Sí, se supo que se ensañaron con los deportistas “Los consideraban exitosos entre sus compañeros.” Éxito-sos, dios reverenciado por la imbecilidad media yanqui y por los importadores de sus ideales. Así le respondieron esos chicos a ese dios. El sin sentido, fue lo que a los medios y a la opinión pública les produjo mayor desconcierto y sensación siniestra. Luego, ríos de tinta y declaraciones buscaron darle un sentido a la masacre. Simpatizaban con Hitler, fue su forma de festejar el 110 aniversario del natalicio de aquél. Suicidarse ¿formó parte del festejo?. Cuando menos, resulta un poco raro. En el colegio formaban parte de La Mafia de los impermeables negros. Una forma de identificarse como la de muchas tribus, en una sociedad de masas en la que en una edad tan difícil, se sienten y se los trata de: nadie. Firmaron bajo una foto de los 11 en el anuario de la escuela, el siguiente mensaje contradictorio: “¿Quién dice que somos diferentes. ¡La locura es sana!. Continúa en esta vida, sé distinto, sé loco!” Dos decidieron no continuar vivos, ¿será la vía que encontraron para escapar de las dobles ataduras a las que el american way of life los somete?. Previo a la masacre nunca habían hecho daño a nadie. Su patrón y sus vecinos los tenían muy bien conceptuados. Pero ¿por qué? En donde iban a aprender -el colegio- se hacían llamar Mafia, significante de tanta pregnancia en el mundo actual y particularmente en los EE.UU. Admiraban a Marylyn Manson una Andrógino, de armadura, tirando a robot, poblada de serpientes símbolos (como La cabeza de medusa), que ataca al conservadurismo norteamericano proclamando el vale todo, el sin ley. Últimamente un tanto rechazado/a por los de los impermeables, por demasiado metida en el mercado. ¿Maldad pura? No parece. Harris le advirtió a Brooke, a quien en otras circunstancias había amenazado con matar “...te quiero mucho. Ándate ahora mismo, andate a tu casa, ya!
Tal vez la mejor pista esté en esas enunciaciones contradictorias... y en lo que declaró Clinton el oval, en el mismo instante que hacía saturar de misiles, de bombas y de fuego a Belgrado: “Debemos enseñar a los jóvenes a resolver los conflictos con las palabras, no con las armas”.
¿Será por casualidad, que Bateson estructuró la teoría del doble vínculo y del doble mensaje, observando la esquizofrenia en USA?
Los más débiles simbólicamente, no soportan ese tipo de vínculo, y como apuntó Bleger[ii] entre nosotros, algunos sólo encuentran como salida: polarizarse a los extremos.
Tal vez está ocurriendo que, tomada la humanidad por los nobles ideales médicos (sic) de prolongar la vida, no quiere saber nada de que, para la estructura de producción y de distribución que diseñan y llevan a cabo los capitales hegemónicos, hay, masivamente, población sobrante. De ahí que haya que hacer limpieza produciendo catástrofes humanitarias. Los Chicos de Denver, no han sido más que alumnos al minoreo de los fantasmas que animan a las grandes corporaciones capitalistas.
[i] Lugar de los significantes reprimidos, de la ley y del deseo
[ii] Simbiosis y ambigüedad