Abril de 1989.
A pesar de todo, entramos en las vísperas electorales. Estamos en las puertas de cumplir el primer período constitucional después de 38 años. No obstante, nos invade la pesadumbre.
Final grotesco de una gestión presidencial que a pesar de algunas virtudes, terminó siendo una pobre sombra de lo que quiso ser.
Miramos al horizonte electoral y sólo encontramos un sainete en donde se enfrentan el "Se puede" al "Si Dios nos Ayuda".A mucha gente eso le produce el peligroso sentimiento de que elegir no sirve para nada. De ahí a esperar la salvación de alguna mano dura uniformada o de alguna mano de iluminados salvadores, sólo hay un paso: el que precipita al abismo.
Es mejor entonces no perder la paciencia y trabajar en la dirección necesaria para modificar el panorama.
Es lo que intentamos con este número: contribuir a esa marcha con nuestro trabajo de psicoanalistas.
Nos acompañan en este número "Psi" de otros cuerpos teóricos y un economista de los que no se han dejado aplastar por el vendaval Fridmaniano. Como siempre, se encontrar pluralismo, eso creemos. Psyche, en esta situación tan crucial, no quiso encerrarse en una torre de cristal. Hacerlo hubiera sido, a nuestro modo de ver, dimitir de la ética del analista, tanto como de la del ciudadano.