Sección: Dossier
Título: XXVIII[1], LXIII[2], LXVIII[3], XV[4], XIV[5], XVIII[6], XXVI[7], LII[8]: Cambalache
Tema: El perjuicio para las sociedades de los prejuicios democratistas y psicologistas
148 líneas incluidos los pie de página.
Refiriéndose al pasaje de los siglos, don Enrique Santos Discépolo uno de nuestros mayores “letrista de tangos” como a él le gustaba definirse, decía: “Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé...”. “Vivimos revolcaos en un merengue/ y en el mismo lodo/ todos manoseaos...” “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor.../ ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador./ Todo es igual./ Nada es mejor./ Lo mismo un burro que un gran profesor/ No hay aplazaos ni escalafón,/ los inmorales nos han igualao./ Si uno vive en la impostura y otro roba en su ambición,/ da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos, caradura o polizón.”
Arranca, no ilusionándose conque todo tiempo pasado fue mejor ni conque algún futuro lo será. La porquería es el sello de la humanidad. A la vez observa y reivindica las diferencias. Para él, no es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante que sabio, generoso que chorro[9] o estafador. Porque diferencia y se diferencia, denuncia el merengue[10] y el lodo en el que vivimos todos manoseados. La convicción de que es imposible cambiar esto, lo lleva a enunciar su deseo para sí y el resto de los seres parlantes: “¡Dale nomás! ¡Dale que va!/ Qué allá en el horno nos vamo’ a encontrar”. Su deseo es que por ser como somos, terminemos donde siempre estamos: el infierno. O sea: diferencia, pero no se ilusiona suponiendo que entre nosotros, haya ángeles. Sí, hay diferencias, pero finalmente vivimos en el mismo lodo, lo que condiciona que resultemos todos manoseaos. Reconoce que la estructura, -el lodo-, nos condena. Luego, que hay diferencias en lo que cada uno hace con dicha condena. Y que las diferencias no impiden que terminemos todos manoseaos.
Discepolín fue mucho más agudo, franco y valiente que muchos intelectuales “bien pensantes” de izquierda y de derecha, incluidos muchos psicoanalistas, a la hora de evaluar a la especie.
El crimen y el delito son tan antiguos como el pasaje de algún tipo de primate a homínido. La guerra del fuego bella e incisiva película de finales de los sesenta marcaba ese pasaje a través de la disputa a muerte por un hueso y del pasaje del coito a tergo, al cara a cara. La Biblia marca la salida del paraíso celestial por una desobediencia a la prohibición de Dios de acceder al saber sexual, y Caín el hijo de Adán y Eva la pareja pecadora comenzó la serie de fratricidios, de puro hermano nomás.
El movimiento de masas desatado por Juan Carlos Blumberg como reacción al asesinato de su hijo Axel, puso en escena las mayores virtudes de los argentinos y sus miserias más evidentes y también lo mejor y lo peor de la historia de nuestras ideas en el siglo XX. La manifestación y acto frente al Congreso convocaron, sólo en la Ciudad de Buenos Aires[11] 150.000 personas silenciosas, centenares de ellas esgrimiendo las fotos de sus parientes asesinados y la mayoría portando velas encendidas. Blumberg habló desde su dolor y llamó a firmar un petitorio que apuntaba a movilizar al estado contra la delincuencia tramada en siniestras mafias, grandes y chicas, de delincuentes operantes en sociedad desde dentro y fuera de ese mismo estado. Millones de personas lo firmaron. Los números sólo indican un estado de la opinión pública y no rubrican la injusticia o justicia, corrección o incorrección de una posición. Pero eso no le quita valor de por sí. Me pareció y me parece muy importante que un número tan grande de ciudadanos se haya movilizado en defensa de la vida y en contra de los asesinatos. Considero al petitorio acertado aunque yo no hubiera puesto el énfasis principal en el endurecimiento de las penas, pero si hubiera subrayado como Blumberg lo hizo, que quien comete un delito debe pagar la deuda que toma con el delinquido y con la sociedad y que las leyes deben garantizar que aquellos que a través de las reincidencias prueban su peligrosidad no deben ver favorecidas sus posibilidades a circular libremente por las calles que amenazan. Pero hubiera empezado subrayando la responsabilidad que deben pagar también los que desde puestos gubernativos cometieron, estimularon y protegieron los grandes delitos que muchas veces significan muertes inmediatas, como las cadenas de “muertes dudosas” tras el descubrimiento de la defraudación IBM Banco Nación o de la Aduana. Dieron el ejemplo y además, arrastraron a muchas miles de muertes a mediano plazo como en la explosión de la fábrica de armas de Río Tercero, o a las más veladas (en todos los sentidos de este significante) como la mortalidad infantil por la mitad de la población debajo de las necesidades básicas insatisfechas, etc. Una noticia de Pablo Abiad en Clarín del 21 de Abril[12] nos informa que a María Julia Alsogaray, en caso de ser hallada culpable, se le cobrará como multa la mitad de los bienes mal habidos. O sea que la otra mitad se la dejarán para su goce personal. Partir de estas cuestiones hubiera reforzado el convencimiento en mucha gente de que hay varias otras leyes que cambiar, y no solamente las que facilitan que con la ayuda de abogados y jueces tramposos, haya delincuentes con puerta giratoria en las comisarías y las cárceles. Yo hubiera hecho así. Pero no fui quien estimuló y logró la convocatoria.
En consecuencia, mi “bien pensar” no me impidió sumarme a la iniciativa básicamente correcta, ni impide que lo siga haciendo en relación al petitorio presentado ante la Corte Suprema de Justicia. Prefiero equivocarme parcialmente en un acto por jugarme a acertar esencialmente, que quedarme inhibido en la masturbación mental que rumia buscando la “exactitud”[13]. Además sé, gracias al psicoanálisis, que sólo efectuado el acto, podré leer en sus consecuencias todas sus dimensiones. El acto Blumberg, no “tomó el Palacio de Invierno”[14], “apenas” ha logrado que el parlamento se mueva un poco más en torno de las exigencias sociales de un estado que defienda a los ciudadanos de los delincuentes. Respaldó a quienes en el gobierno están más decididos a limpiar de mafiosos las fuerzas de seguridad. Y abrió una cadena de actos en los cuales miles de vecinos marchan en ciudades y pueblos tras estas reivindicaciones tan básicas para que cualquier sociedad no se desintegre. Además, las revoluciones, cubierto un corto trecho y a un costo mucho mayor de vidas mostraron que lo único que lograron, como Lacan irónicamente interpretó, fue un giro de 360º o sea volver al comienzo. A veces, con amos tan terribles o peor que los anteriores, como en la Rusia de Stalin y Putin, jefes de mafias estatales al servicio de sus peores intereses narcisísticos.
En Chaco, en uno de esos actos, Blumberg planteó diferenciarse en las manifestaciones, de quienes bloquean caminos y calles, marchan con palos y con las caras cubiertas. La alusión a los piqueteros fue clara. Claramente también, Blumberg simplifica. Es cierto que lo mejor son las manifestaciones pacíficas y a cara descubierta. Pero igual de cierto es, que los piqueteros adoptaron las tácticas criticadas ante la represión salvaje de que fueron objeto sus manifestaciones. Represión que los cargó con muertes como las de María Teresa Rodríguez, Kosteky, Santillán y muchos otros. Además, al quedar desempleados perdieron el recurso de la huelga para defender sus derechos, lo que los obligó a ensayar otra táctica. Esta, al golpear en las comunicaciones para el transporte de personas y mercaderías golpea en un factor central para la multiplicación de ganancias de las grandes corporaciones, las que responden al discurso del capitalista. Toda sociedad es de intereses contrapuestos. Cada conjunto de personas alineadas por un rasgo común, en este caso el desempleo, a veces (no siempre) batalla defendiendo los intereses propios. Lo ideal es que los oponentes se mantengan dentro de las normas civilizatorias para hacer reconocer su peso y negociar. Debe ser función del estado contribuir, mediando y regulando las negociaciones. Pero si el estado, como ocurrió con la dictadura militar y el menemismo, se vuelca decididamente en favor de uno de los oponentes, genera las condiciones necesarias y de posibilidad para, según la lógica de lo imaginario en la que el emisor recibe del receptor su propio mensaje invertido, los que quedaron en inferioridad de condiciones apelen a todos los recursos a su alcance para equilibrar la balanza en la negociación. Si los matan y persiguen los obligan a cubrirse las caras y marchar con palos, de la misma manera que si los dejan sin trabajo los obligan a bloquear rutas y a ocupar baldíos y viviendas desocupadas. Ante la inseguridad ciudadana, no solamente se están llevando a cabo marchas pacíficas. Está registrado un gran aumento en la compra de armas, así como en muchos lugares los vecinos están armando organizaciones de vigilancia y no son pocos los incidentes en que los asaltados han cruzado tiroteos con los asaltantes. Es un fenómeno equivalente al de los piqueteros.
Sería mejor que las capas medias, así como los pobres, empobrecidos y marginados, aúnen esfuerzos con los mejores sectores del gobierno para derrotar a la delincuencia organizada extra, para e intraestatal. De lo contrario se puede marchar a la anomia y la anarquía, que es uno de los peores flagelos que puede asolar a una sociedad. En consecuencia, el señor Blumberg y quienes se nuclean a su alrededor harían mejor en buscar hacer coincidir su movimiento con los movimientos de los piqueteros, como algunos de estos intentaron el día de la marcha a los tribunales. Claro que eso exigiría de estos, en favor de ganar aliados, perder el apresto imaginario amenazante de rostros cubiertos y palos en ristre.
Estos acontecimientos han puesto al descubierto el veneno del democratismo que a toda costa quiere suponer posible una sociedad de iguales ignorando las diferencias que don Enrique, citado al comienzo, no ignoraba. También el del psicobolchevismo cuando en nombre del árbol genealógico de los delincuentes, supone que se puede eliminar de la sociedad la vigencia de los premios y castigos para apoyar un funcionamiento civilizado de la misma. Ignora que una cosa es intentar analizar a cada uno de esos sujetos, y otra, juzgarlos por los actos cometidos. Confunden deseo inconsciente, con pasaje al acto.
[1] Calendarios románico y babilónico.
[2] Calendario solar egipcio
[3] Calendario judío
[4] Calendario islámico
[5] Calendario persa
[6] Calendario copto
[7] Calendario budista
[8] Gran ciclo maya
Año de la serpiente de metal en el calendario chino
[9] Argentinismo equivalente a ladrón
[10] Argentinismo para aludir a: barullo
[11] Capital de la República
[12] ver: www.televerdades.com
[13] Cosa ocurrida con alguna declaración dirigida “al señor Blumberg con todo respeto” que rezumaba formación reactiva y formulaciones contradictorias, mucho mejor sin lugar a dudas que la declaración Balden –“Yo no firmo” que terminaba cayendo en una forma de racismo de forma invertida a los habituales. Más preocupados por qué medios de comunicación “anal 9, radio 10” y que políticos, Ruckauf Novoa, tratabana de subirse a la marea, se quedaron en la playa viendo como los navíos partían.
[14] Inicio de la revolución bolchevique tomando la residencia de los zares.