Algunos creen que democracia es: gobierno de lo que me conviene a mí

Psyche Navegante No 71 www.psyche-navegante.com
Sección: Última Hora

Tema: Lo imposible de la democracia está haciendo, que en su nombre haya sectores demanden desde el discurso de la histérica: ¡Haz lo que te exijo! ¡Igual no me contentarás!.

El diccionario de la Real Academia Española define así dos palabras Democracia: Del gr. dhmokratIa. 1. f. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno.
2. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. Uno y dos difieren, a la vez que mantienen un fuerte elemento en común: la palabra pueblo. ¿Qué dice de pueblo? Del lat. populus. 1. m. Ciudad o villa. 2. Población de menor categoría. 3. Conjunto de personas de un lugar, región o país. 4. Gente común y humilde de una población. 5. País con gobierno independiente. Los significados 1 y 5, no competen a este artículo, 2, 3 y 4, sí. Mientras en dos y cuatro se la significa como parte, en tres se lo hace como conjunto.

Desde la antigüedad se sabe que pueblo no es un conjunto y que si se lo quiere tomar como tal, entre los elementos que lo componen hay disparidad. Como parte, definirlo por uno solo de los rasgos, -menor categoría o comunes y humildes-, resulta demasiado parcial. Carlos Marx buscó resolver la dificultad definiendo clases según su ubicación en las relaciones sociales de producción. Inmediatamente se encontró con que eso le permitía suponer cuales eran los intereses que animaban a cada clase, pero también con que en la acción no se agrupaban según ese presupuesto. Trató zanjar el incordio, planteando que lo que se expresaba en esas circunstancias era una diferencia, hasta contradicción, entre el ser social y la conciencia social. Lo que lo llevó a propugnar un accionar pedagógico y de práctica revolucionaria con la clase obrera para superar el hiato y lograr que la presupuesta clase en sí revolucionaria, adquiriera conciencia de tal.

O sea: que de clase en sí, pasara a clase para sí. Lo primero evidente, es que trató de resolver la falla en su lógica, saltando a una meta-lógica[1]. De una lógica que partía de los efectos de la estructura de producción en las relaciones sociales, pasó a una lógica centrada en la conciencia de los individuos para revolucionar dicha estructura. A pesar de que para constituir clases advirtió lúcidamente la incidencia decisiva de la estructura trans- individual, luego la tornó subsidiaria de la función de la conciencia. La función de la conciencia, no puede no ser singular. Al no ser así, lo que funciona es la identificación masiva al liderazgo. Fue así que los ¿deseos, ideales? de Marx de libertad y equidad, lo llevaron a esa creencia en la posible acción y fidelidad a sí misma de la supuesta clase. Dicha confianza en la conciencia tuvo como consecuencia desestimar el peso en dichas masas del lugar que ocupaban en las corporaciones. La práctica de la revolución le iría complicando las fichas. La estructura económica de la sociedad le presentó varias otras clases sociales con intereses contradictorios y también comunes con el proletariado, lo que enmarañó la teoría de la revolución tanto a él, como a quienes lo continuamos. Además, la práctica de la historia sorprendió con el hecho de que las primeras revoluciones proletarias que se produjeron y asentaron efectivamente, ocurrieron en países a predominancia campesina. El imperio de los zares, China, sudeste asiático, Cuba. Se lo explicó entonces, atribuyéndole a la clase obrera de los países capitalistas centrales el carácter de aristocracia obrera. Transcurridos los años y tras diferentes vicisitudes, aquellas revoluciones se volvieron en su contrario: países capitalistas de la peor especie: en Rusia hegemonizado por mafias, en China y el sudeste asiático, explotaciones capitalistas bajo la dictadura de los partidos comunistas, en Cuba, asfixia por el bloqueo norteamericano y la obstinación de Fidel Castro en distribuir pobreza en nombre de una supuesta dignidad nacional poblada de jineteras[2].

Freud en Psicología de las masas y análisis del yo[3] advirtió que las tendencias masivas de los seres humanos están sobredeterminadas por identificaciones a los ideales y los líderes de las organizaciones artificiales de masa que los encarnan. Lo que los identifica entre sí proveyéndolos de identidad. Como decía la publicidad de una tarjeta de crédito, sienten que pertenecer, tiene sus privilegios. El ingreso y la permanencia en dichas organizaciones suele producirse por diferente tipo de razones. Se entrecruzan, deseos, narcisismos y goces particulares. Les suponen a sus jefes El Saber Hacer necesario para resolver los malestares que los impulsa a reunirse. La lalengua globalizada, las ha ido llamado: corporaciones[4]. Suscribo dicha nominación, porque subraya la relación de aquellas con los cuerpos. Lacan y otros psicoanalistas fueron descubriendo los tres registros que se cruzan en el cuerpo, anudados por lo imaginario. Los leemos en sus cortes y quebradas. Las corporaciones pueden ser de grandes, medianos y pequeños capitalistas de una rama de la producción. O del comercio, de las finanzas (por diferentes razones que no caben en este artículo: las peores) Agrarias de diferentes pelajes, sindicales, políticas, religiosas, profesionales en general, sin que quedemos excluidos los psicoanalistas. De diferentes partidos políticos, de magistrados judiciales, fuerzas armadas y de seguridad, etc. Pueden serlo también de ambientalistas, Organizaciones No Gubernamentales (muy de última moda y que tras su apariencia altruista, muchas esconden intereses particulares), etc. Son un fenómeno social imprescindible. No cesaran de escribirse. No hay modo de producción ni formación económico-social en que no hubieran existido. En el capitalismo se multiplicaron. Sólo ellas pueden darle consistencia a los lazos sociales. Pero al precio de que lo imaginario que las anuda, obstaculiza los intentos de por vía de lo simbólico horadar lo real. Son sintomáticas, no sinthomatizan[5], por lo menos estabilizando establemente, valga la redundancia. En ellas, nadie está tranquilo. Todos tenemos siempre de que quejarnos, los dirigentes de los dirigidos, los dirigidos de los dirigentes.

Los compañeros entre sí y los jefes o líderes, de los otros jefes y líderes. Las corporaciones contienen (en toda su plurisemia) temporalmente a las masas que las integran. Pero por imposibilidad y no sólo por otras razones (egoísmos, comodidades, maldades, etc.) no pueden resolver las carencias fundadoras y sus efectos de insatisfacción de deseos inconscientes. De ahí que el circuito en su estructura formal, se desanude y reanude frecuente y repetitivamente. Y con mayor o menor frecuencia, según las vicisitudes de las estructuras sobre las que operan.

La función del Inconsciente efecto de que la represión estructural hace imposible la representación representativa de sí mismo, torna más imposible aún, representar a otros. Es lo que no advierten la mayoría de los sociólogos cuando hablan de crisis de representación política[6], crisis representacional u otras enunciaciones por el estilo. No advierten que es una constante necesaria (o sea que no cesa de escribirse) de toda estructura organizacional, justamente por la imposibilidad de escribir representaciones representativas. Nadie tiene condiciones de posibilidad para saber en todas sus implicancias cual es el bien del otro. A partir de ese lugar común, hay muchas diferencias en como cada uno representa a cada cual.

Diferencias que parten del narcisismo con sus recorridos moebianos buscando sólo el bien de sí mismo. Lo imposible de la representación representativa, vuelve imposible la democracia total, en tanto su sustento es la votación para elegir representantes. Que nunca resultan representativos en términos absolutos. Entonces, más allá de cualquier idealismo, la democracia es la convención más equitativa posible a que llegamos los seres humanos en lo que hace al manejo de los asuntos de la Polis. Por eso también, es el régimen político que menos requiere de represiones políticas violentas y genera mejores condiciones de posibilidad para el despliegue de la creatividad de los sujetos, a caballo de sus deseos singulares. Como decía Winston Churchill, la democracia es el régimen político menos malo. El mejor no existe, la estructura subjetiva no da para que exista.

Es imprescindible que se respeten sus convenios constitutivos básicos.

Al producirse el estallido tecnológico, desplazó el centro de gravedad de metalurgias a: informática, comunicaciones, automatizaciones. Estas nuevas protagonistas pasaron a ser el eje de la escena económica con el daño colateral de la desocupación estructural. Esto se acentuó en la agonía del menemismo y del desgobierno de De La Rua-Cavallo. El quiebre por dichos gobiernos del convenio básico que daba sustento a nuestra democracia, detonó la resistencia de los perjudicados. Esta pasó de las huelgas de industria a la de empleados públicos y piquetes de desempleados cortando rutas de comunicación. O sea, golpeó donde la represión política y expulsiva de trabajadores les resultaba más difícil a los gobernantes, y donde la acción directa inhibía más a las novedades tecnotrónicas dañando a las corporaciones responsables del desempleo por su voracidad desmedida.

Es otro momento del país. Hay una mayoría de ciudadanos que se supone representada por el gobierno actual. En esa mayoría hay matices. Están los que más acuerdan con sus políticas y también aquellos cuyo acuerdo es menos homogéneo. Lo inverso ocurre en la oposición, tanto de derecha como de izquierdas. Los tipo López Murphy, Macri, Carrió, Altamira, ven todo mal. Otros, como los socialistas santafesinos y algunos porteños, parte importante de los radicales y de otros sectores, desarrollan una crítica afinada según hechos y circunstancias.

En ese contexto se produjeron una serie acontecimientos que dan a suponer que la disgregación nacional que favoreció la política de Menem, De La Rua, etc. no sólo dañó al tejido social, sino que instaló hábitos contrarios a la modalidad democrática convenida por las mayorías a través de la Constitución y las leyes. Indican un deslizamiento de significación en el significante democracia. Porque un juez dicta una orden de detención e inicio de juicio al dirigente de un pequeño grupo que cortaba rutas en Neuquén (60 obreros), alrededor de mil personas son lanzadas sobre una comisaría de pueblo –Las Heras- y unas pocas personas organizadas (entre 7 a 10) acomete a balazos contra el destacamento que se defiende sin usar balas de plomo. Resultado: 130 impactos de bala en la comisaría y el linchamiento cobarde por parte de dicho grupo del suboficial que desarmado salió a tratar de negociar. Dieron por tierra con las tradiciones más queridas de los criollos. El muerto, además del balazo que lo derribó, ya en el suelo fue pateado hasta hacerle saltar masa encefálica y todo un símbolo, fue apuñalado por la espalda. El gobierno mandó al parlamento y a través de una serie de negociaciones políticas logró la aprobación de una reorganización del Consejo de la Magistratura. Según ella, los miembros que podrían responder al gobierno de turno alcanzarán un porcentaje máximo de un 38.5 %[7]. En consecuencia los demás dispondrán de un 61. 5 %. En las condiciones actuales de la Argentina se sabe que el concepto de oficialismo y de oposición es muy laxo y no sólo por efecto del kirchnerismo. Muchas otras razones que exceden a este artículo causan dicha laxitud. Sin embargo los prohombres de la oposición nombrados anteriormente incluida Carrió, armaron un escándalo como si “el oficialismo” se hubiera quedado con la mayoría. Lastimosamente los acompañaron viudas de la izquierda a los que hubiera preferido ver en una posición más inteligente y digna. En dictamen producido pocos días después sobre el desempeño de un juez, una mayoría de jueces votaron corporativamente por sostenerlo. Uno solo votó con la mayoría de integrantes por removerlo.

A hechos como estos podemos agregar la actividad corporativa de muchos familiares de muertos en Cromañon para destituir a Ibarra y la respuesta demagógica de derechistas, centristas e izquierdistas buscando que en las futuras elecciones los voten. También la actividad corporativa llevada a cabo por el ex jefe de gobierno junto a varias personalidades de los organismos de derechos humanos e intelectuales “progres” llamando golpe institucional a lo que no fue más que la puesta en marcha de mecanismos constitucionales de la ciudad. Se arrogan la representación de la ciudadanía pequeños grupos de comerciantes y ciudadanos de capas medias para cortar las rutas de acceso a un país que nació como nosotros de las entrañas de la Revolución de Mayo, por un conflicto que no aparece transparente en ninguna de las orillas del río Uruguay. Las corporaciones de medios masivos, bien gracias. Cacarean a lo histérica con la ayuda de alguna psicoanalista de igual condición y cosechan ventas. Esta no es la lógica de las democracias. Es la de: “hágase mi voluntad, así en la tierra como en el cielo”.



[1] Un lógica pasó a otra distinta que abarcara la anterior y suturara su falla.
[2] Así llaman los cubanos a sus prostitutas, uno de las principales mercancías de la vieja Cuba burdel.
[3] Ver en este mismo número el artículo de mi autoría, Querido Sigmund gracias por haber nacido
[4] Recomiendo la película de Costa Gavras: La corporación
[5] Diferencio síntoma, lo que no cesa de escribirse como transacción de goce sufriente para el hablante, de sinthoma. Este cuarto anudamiento le facilita vivir su vida en una relación más acorde entre sus deseos, su goces y su participación en lazos sociales.
[6] Ver Graciela Romer en Clarín del 9 de febrero del 2006 en la página 29: Juicio político anemia institucional
[7] Ver: www.televerdades.com del 25 de febrero del 2006